Fiscales estadounidenses acusaron el miércoles a cinco ciudadanos rusos y dos comerciantes de la petrolera estatal venezolana, Petróleos de Venezuela, por evasión de sanciones mediante el uso de empresas ficticias y criptomonedas para lavar las ganancias de la venta de petróleo venezolano y comprar equipos para el ejército ruso.
El Departamento de Justicia arrestó a dos sujetos y acusó a otros cinco, según un comunicado de prensa: “Buscamos arrestar a todos los nombrados en la acusación”.
Los demandados son: Juan Fernando Serrano Ponce, Juan Carlos Soto, Yury Orekhov, Artem Uss, Svetlana Zurugasheva, Timofey Telegin y Sergey Tulyakov.
Juan Fernando Serrano Ponce es directivo de la empresa TRESEUS, que se presenta en LinkedIn como especialista en el mercado de Oriente Medio y tiene oficinas en Murcia, (España) y Dubai (Emiratos Árabes).
Los rusos Orekhov y Uss utilizaron a la empresa NDA GmbH como fachada para pasar de contrabando cientos de millones de barriles de petróleo de Venezuela a compradores rusos y chinos, incluida una empresa rusa de aluminio controlada por un oligarca sancionado y el conglomerado de refinación de petróleo, gas y petroquímica más grande del mundo con sede en Pekín, República Popular China. Serrano Ponce y Soto negociaron acuerdos por valor de millones de dólares entre PDVSA y NDA GmbH, que se canalizaron a través de un complejo grupo de empresas ficticias y cuentas bancarias para disfrazar las transacciones. En una comunicación con Serrano Ponce, Orekhov admitió abiertamente que estaba actuando en nombre de un oligarca ruso sancionado y dijo: “Él [el oligarca] también está bajo sanciones. Es por eso que [estamos] actuando desde esta empresa [NDA GmbH]. Como fachada”. El esquema también involucró documentos de envío falsificados y superpetroleros que desactivaron sus sistemas de navegación GPS para ocultar el origen venezolano de su petróleo, refiere el documento de la acusación
El pago por las actividades ilícitas de NDA GmbH a menudo se consumaba en dólares estadounidenses enviados a través de instituciones financieras estadounidenses y cuentas bancarias corresponsales. Para facilitar estas transacciones, Orekhov y sus cómplices utilizaron empresas ficticias, documentación falsificada de “Conozca a su cliente” y cuentas bancarias en jurisdicciones de alto riesgo, lo que provocó que los bancos estadounidenses procesaran decenas de millones de dólares en violación de las sanciones estadounidenses y otras leyes penales. En una conversación con Soto, Orekhov se jactó de que “no había de qué preocuparse… este es el banco de mierda de los Emiratos… pagan todo”. El esquema también utilizó envíos masivos de efectivo con mensajeros en Rusia y América Latina, así como transferencias de criptomonedas por valor de millones de dólares, para efectuar estas transacciones y lavar los ingresos.
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Presentada en el Distrito Este de Nueva York, la denuncia describe un esquema comercial centrado en Petróleos de Venezuela SA, sancionada durante el mandato de Donald Trump, así como una empresa comercial de productos básicos con sede en Hamburgo y operada por ciudadanos rusos.
Esta última empresa, Nord-Deutsche Industrieanlagenbau GmbH, usó su posición para obtener piezas para equipos militares rusos, incluidos los aviones de combate Sukhoi y MiG-29. En cuanto a la petrolera venezolana, buscaron monetizar su producto, que las sanciones de EE.UU. han cortado de gran parte del mercado mundial.
Entre una serie de presuntas violaciones, el Departamento de Justicia dice que tres de los acusados ”consumaron una transacción de 500.000 barriles de petróleo venezolano de PDVSA a través de Tether (“USDT”), una criptomoneda vinculada al dólar estadounidense”.
En otro lugar, las autoridades identifican una transacción por valor de más de $ 3 millones entre los operadores de las empresas en forma de criptomonedas no identificadas.
Uno de los arrestados, Yury Orekhin, supuestamente le escribió a un cómplice: “No se preocupe, no se estrese. Tan pronto como empecemos a descargar el petróleo, nos transferirán de inmediato. El USDT funciona rápido como un SMS”.
Esta no es la primera vez que Venezuela recurre a las criptomonedas como un medio para beneficiarse de su petróleo bajo las sanciones de EE. UU. Su desafortunada criptomoneda, el Petro, tenía como objetivo funcionar como una moneda estable internacional vinculada al valor de un barril de petróleo antes de que también fuera sancionada, la primera vez que las sanciones estadounidenses apuntaban a un activo digital.