Ángel Rangel: La ayuda humanitaria internacional necesita AYUDA

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Ángel Rangel

A finales de 2019, antes de la aparición de la pandemia de la COVID-19, la Secretaría de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, en colaboración con un centenar de organizaciones no gubernamentales, daba a conocer al mundo las conclusiones del informe “El Panorama Humanitario Mundial para 2020” (GHO, por sus siglas en inglés). En el mismo se estimaba que para el año 2020 un número récord de 168 millones de personas en el mundo necesitarían de ayuda humanitaria y protección. Se destacaba el hecho que en 2019 mucha más gente de lo previsto requirió de ayuda humanitaria a consecuencia de conflictos y desastres asociados a fenómenos físico naturales, con lo cual el número de personas con necesidades humanitarias en el mundo se había incrementado unos 22 millones (UN 2019).

En el marco de la situación descrita anteriormente, el organismo eleva un requerimiento financiero para 2020 de 29 mil millones de dólares, para centrarse en la atención de 109 millones de personas consideradas como las más vulnerables ante los conflictos bélicos de larga duración, los eventos climatológicos extremos vinculados al cambio climático y las economías de bajo rendimiento.

Posteriormente, con motivo de los estragos causados a nivel mundial por el COVID-19, en mayo de 2020 la ONU se vio en la necesidad de triplicar su llamado inicial de financiamiento para el plan humanitario dispuesto para proteger millones de vidas y frenar la propagación de la pandemia, y lo eleva a un total de 6.700 millones de dólares.

En septiembre de 2019, la más grande red humanitaria del mundo basada en voluntarios, la Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja (IFRC, por sus siglas en inglés), presentó ante la comunidad internacional su reporte “El Costo de No Hacer Nada” (IFRC 2019). En su amplio análisis, la institución advierte que, de no tomarse medidas urgentes ahora, la cantidad de personas que necesiten de asistencia humanitaria anualmente como resultado de desastres asociados al clima podría duplicarse para 2050. Igualmente alerta que el número de personas que necesitarán ayuda humanitaria a consecuencia de tormentas, sequías, inundaciones e incendios forestales podría superar los 200 millones al año, en comparación a los 108 millones de la actualidad. Bajo esta perspectiva y en el escenario más pesimista, los costos de la acción humanitaria relacionada con el clima pudieran alcanzar los 20.000 millones de dólares anuales al 2030.

En definitiva, la crisis del COVID-19 requiere de un mayor apoyo por parte de la comunidad internacional para contar con los fondos necesarios para afrontar los impactos de la pandemia. De cara al futuro, tal como lo señala la IFRC, es urgente procurar desde ya un desarrollo inclusivo y actuar proactivamente en materia de adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastre para disminuir en las próximas décadas tanto el número de personas que requerirán ayuda humanitaria como el alto costo asociado.

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