De acuerdo a un reporte especial de Reuters, Cuba comenzaría a influir sobre el régimen chavista desde 2007 cuando el fallecido Hugo Chávez sufrió su primera derrota en las urnas, quien acudió a su devoto amigo Fidel Castro para recibir ayuda. El consejo del líder cubano fue “garantizar el control absoluto de los militares”.
A pesar de los antecedentes de levantamientos militares en Venezuela, los “asesores” de Chávez afirmaban que si daba los “pasos correctos”, podría permanecer en el poder tanto tiempo como los Castro.
Meses después, los países elaboraron dos acuerdos a los que tuvo acceso Reuters, donde se cedió a Cuba acceso al sector militar de Venezuela y libertad para espiarlo y reformarlo. A partir de esos acuerdos, nació la Dgcim con el fin de vigilar y espiar las FAN, intimidando y atemorizando para evitar la disidencia militar.
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Actualmente, esta unidad de inteligencia es responsable de graves violaciones de los derechos humanos por sus tácticas represivas, denunciada por soldados, diputados, grupos de derechos humanos y muchos gobiernos extranjeros, a quien también se le atribuye la tortura y la reciente muerte del capitán Rafael Acosta.
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De acuerdo a Reuters, los documentos que fueron firmados en mayo de 2008 permitieron a Cuba: entrenar a soldados en Venezuela, revisar y reestructurar partes del ejército venezolano, adiestrar agentes de inteligencia venezolanos en La Habana y cambiar la misión del servicio de inteligencia de espiar a rivales extranjeros a la de vigilar a los propios soldados, oficiales e incluso comandantes de alto rango.
Según especialistas en seguridad y otras fuentes, once años después de su firma, estos acuerdos militares han demostrado ser cruciales para la supervivencia del régimen de Maduro.
“La misión más importante que tenía el organismo de inteligencia era neutralizar aquello que afectara nuestra democracia…Ahora, bajo el mando de Cuba, el gobierno lo utiliza para mantenerse en el poder”, señaló un exministro de defensa del fallecido Hugo Chávez.
