Pedro Mosqueda | El cuento del cuento “ta’ barato, dame dos”

0
Pedro Mosqueda

El cuento es de reciente data y trata de las peripecias de varios venezolanos dirigidos por una linda parejita. Ella de Barquisimeto y él no sabemos de dónde salió.

 Ambos miembros del gigantesco club que conforma la diáspora de Venezuela. Desde ya vale la aclaratoria, ofrecemos disculpas; el asunto ocasiona sentimientos encontrados; reprobación y risa a la vez.

BONNIE Y CLYDE VENEZOLANOS

Carlos Castañeda llegó a Miami en 2014 y Génesis Martinciciello 2 años después. Ella modelo en exposiciones de autos, camarera y conductora de autos Uber y Lyft, una todo terreno. Siendo bartender conoce al listillo de marras.

Estamos en plena era Trump y el caso en Venezuela escalando. El gobierno de EE UU y sus sanciones tiene el foco puesto en nuestro país.

 La guerra de micrófonos es el signo de esos tiempos. Amenazas creíbles y no creíbles, van y vienen.

En esa refriega ocurren varias ” bajas ” en el campo de Maduro: los enchufados de oro, socios de Maduro con propiedades en el imperio. No les queda otra que dejar al garete sus asuntos y no regresar ni de vaina al norte.

Allí es donde brilla la mente del ” listillo” Castañeda. Una vez que le ” cae encima a la chama” con el viejo truco a lo Romeo y Julieta; desembucha lo que carga por dentro:

-Tengo un plan entre ceja y ceja, le dice.

Ambos habían escuchado de boca de varios familiares y amigos que hubo una época en que los venezolanos vivíamos metidos en Miami y nos tiraban al llegar alfombra roja. No necesariamente tenían porqué saber que fue Radio Rochela la que popularizó el ” ‘ta barato, dame dos ”.

Les daba rabia no haber vivido esa época dorada y les tocó el barranco que ya no desean recordar.

– Ni si quiera nos tocó la otra bonanza: la de los raspacupos conchale, dicen.

El entusiasta novio, siente que ya tiene el control y exclama: vamos a desquitarnos. Serán de allí en adelante, una suerte de Bonnie and Clyde , pero sin pistolas. Castañeda ” el cabecilla” decide ejecutar su plan fríamente calculado.

Aquí tengo – dijo- la lista de ” enchufados ” y varios inmuebles abandonados.

-Ven este pasaporte, ven estos documentos?

Todos están a mi nombre,  con la tecnología se puede lo imposible y la idea es solicitar hipotecas. Por ahora entrompo yo; después tu, le dijo Castañeda a la novia y subrayó: son varios inmuebles y coches.

 Necesariamente hay que sumar aliados y urgente hagamos un casting.

Es obvio que Castañeda conocía el perfil de los prestamistas; en Miami, al igual que todo el mundo son ” agalluos ” y usureros. Los bancos requieren toneladas de papel y las inspecciones son estrictas. El usurero va a lo suyo. Se vale de la emergencia y una vez que ve la prenda en garantía, la evalúa y concreta. Las lagunas legales en Florida, en esa materia, son tan grandes como los lagos asentados en esa geografía.

Pareja venezolana cometió multimillonarios fraudes en Florida usando propiedades de sancionados chavistas

Para la inspección lograron obtener los teléfonos de las recepciones de los condominios ( siempre tienen llaves de los apartamentos) y previa llamada anunciaban nuevo teléfono y correo electrónico. Hay que recordar que los propietarios enchufados venezolanos estaban en fuga.

Fijaban fecha con los peritos evaluadores del prestamista y la tarea salía redonda.

Delitos de inteligencia, en la era post industrial; así los tipifica hace más de un Siglo la legislación penal. Hoy en la era de las nuevas tecnologías , como ayer, no hay violencia ni hechos de sangre.

Lograron concretar la hipoteca de varios apartamentos; la linda parejita compartió varias semanas un Penthouse y de paso dispusieron de un Ferrari que los socios de Maduro en la carrera habían dejado aparcado. Ese Ferrari lo vendieron inmediatamente.

La linda parejita, en algún momento vio la película de 1967 Bonnie and Clyde? vieron Las Estafadoras de Walt Street protagonizada por Jennifer López? No sabemos. Lo que si fue verdad es que vivían como unos ricos. No se bajaban de un Rolls-Royce. En las Vegas eran reconocidos al llegar a los casinos.

El grupete de delincuentes creció, las exigencias eran mayores y el flujo de caja lo permitía; se turnaban para ejecutar las operaciones. En la banca ya empezaban a llamar la atención.

Habían logrado igualarse a sus antepasados ta’ barato dame dos. Sacaban el pecho: “además sin quitarle nada a nuestro país “. Y gritaban:

-Ladrón que roba ladrón…

Como siempre ocurre en los delitos, los sujetos se empalagaron. Abusaron de ese nicho legal opaco. Se confiaron. Les faltó revisar Google: la lista de paisanos involucrados con razón o sin ella en fraudes y estafas es larga.

Uno de los miembros cayó preso y ni eso los inmutó. Fueron por más en su aventura financiera.

Ahora les tengo un ” lomito” dijo Castañeda, mientras campaneaba un whisky. Es la mansión de un árabe que saqueó a Venezuela. Lo buscan aquí por lavado y evasión.

El árabe dejó una mansión valorada en 5 millones de dólares. Para que tengan una idea- dijo-  la mansión tiene piscina, una casa al lado para hospedaje y sala de cine.

La operación pudo ser más difícil por los controles y alarmas, son de alta tecnología.

Pero, no hay electricidad, se las cortaron de manera que a limpiar y a esperar la inspección del prestamista. Chócala, amoreee, dijo un eufórico Castañeda.

Un incidente no esperado: una señora empleada de los dueños de vez en cuando pasaba por allí a chequear y vio limpiando. Llamó a la policía y estos llegaron.

-A ver ciudadanos, qué hacen allí?

R.- Gua trabajando.

Los policías se retiraron, no vieron irregularidad.

Allí obtuvieron por la hipoteca dos millones de dólares y otro tanto por el Ferrari, el Beantlys y el Rolls-Royce.  Antes se dieron unas vueltas por todo Florida: los vieron por Orlando y Boca de Ratón.

A esta altura ya era demasiado con mucho. Lograron embolsillar en 1 año alrededor de 10 millones de los verdes. Las autoridades los pusieron en la mira y al final fueron atrapados en una notaría. Fue una operación de esas que llaman entrega controlada.

La condena no fue tan severa, de 18 meses a 6 años es la pena por robo de identidad, fraude bancario y robo de telecomunicaciones.

Es posible que algunos familiares de estos sigan dándose la gran vida; pero en Santo Domingo. A ese paraíso caribeño llegaba parte del botín: representado en prendas y relojes de marca. Tan locos no eran.

Hasta allí no llega la justicia gringa: no hay jurisdicción.

Jennifer López obtuvo varios premios por sus Estafadoras de Walt Street. Aparte invirtió 20 millones de dólares y entraron 150 millones. Un solo inconveniente: en el 2015 el New York Magazine publicó la demanda de una dama llamada Destiny, ella reclamaba sus derechos: ” Usted señora Jennifer se inspiró en mi chamba”. Destiny trabajó en un club  de nudismo frecuentado por altos ejecutivos que ‘descargaban’ el estrés en ese local. “Era odioso el derroche de dinero: Procedimos a drogarlos y raspar sus tarjetas de crédito”.

Decíamos al comienzo, que el cuento del cuento nos ocasionaba sentimientos encontrados. Alguien dijo: son pequeños héroes. Es posible.

Hace poco Rich Tornetta, un baterista mediocre que logró comprar nueve acciones de Tesla, demandó la decisión de esa empresa de pagar 56 mil millones de dólares a Elon Musk. Alegó en su demanda que el CEO  tenía un enriquecimiento excesivo e injustificado.

Un tribunal de Delaware EEUU declaró que el pequeño inversionista tenía razón.

El señor Tornetta puede seguir tranquilo con su espectáculo y su batería.

Tranquilos, ya vamos a terminar.

Felipe González dijo alguna vez, que el prefería morir acuchillado en el Metro de New York que congelado en un gulag soviético. Pues bien, nuestra linda parejita, Castañeda y  Génesis deben haber pensado lo mismo: prefirieron correr el riesgo de terminar en una cárcel de Florida que seguir pelando bolas en Venezuela o terminar presos en El Helicoide por protestar contra Samark López Bello y su pandilla de impresentables que despachan desde Miraflores.

Nos vemos por ahí.

Dejar una respuesta

Por favor, introduce tu comentario
Por favor, introduzca su nombre aquí