Crisis de efectivo desata la reventa de billetes

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CCD | La acelerada inflación y la restricción en la entrega de billetes en las instituciones bancarias han incrementado el “bachaqueo” (reventa) de efectivo más allá de la frontera hasta el punto de que la venta de billetes se ha convertido en un verdadero negocio en mercados municipales y estacionamientos del país.

Los días en que los que la reventa de billetes se limitaba a la frontera quedaron atrás. Desde el año pasado la moda era “raspar la tarjeta”, que no es otra cosa que pasar la tarjeta de débito o de alimentación por un punto de venta de un comercio formal para obtener dinero a cambio del pago de una comisión que iba de 10% y hasta 25%.

Pero este año y ante la espiral inflacionaria se observa cómo el fenómeno ha ido mutando hasta el punto de acumular billetes con la intención de venderlos cobrando hasta 35% del valor de la operación, como ocurre en algunos mercados municipales y estacionamientos que han visto en la escasez de billetes una oportunidad para el lucro.

El bachaqueo de billetes escaló a tal punto que llama la atención de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban). Pero en lugar de atacar la causa del problema se enfoca en las consecuencias.

La cantidad de billetes (no se incluyen monedas) en circulación al cierre de julio era de 14.012,2 millones de piezas, un crecimiento de 5,8% en siete meses, mientras que en el mismo período la inflación acumulada es de 248,6%, de acuerdo con la medición de la Asamblea Nacional.

Esto explica por qué hay en Venezuela una crisis de efectivo: la emisión de papel moneda no crece a la velocidad de la inflación. Pero el gobierno prefiere suspender el avance de efectivo que prestaban formalmente dos grandes cadenas que comercializan productos de consumo masivo y pedirle a la banca que actualice los montos de las transferencias y los puntos de pago para disminuir el uso de efectivo.

Desde el 12 de julio el Banco Central de Venezuela no recibe nuevos lotes de billetes. La razón sería la falta de pago a los proveedores.

Del total del papel moneda en manos del público al cierre de julio, apenas 3,7% (522,3 millones de piezas) correspondía a las nuevas denominaciones de Bs 500, Bs 1.000, Bs 2.000, Bs 5.000, Bs 10.000 y Bs 20.000. El restante 96,28% está repartido en billetes de Bs 2, Bs 5, Bs 10, Bs 20, Bs 50 y Bs 100, este último concentra 45,7% del total.

Irregularidades 

No solo la ilegal entrega de dinero en comercios que no son corresponsales no bancarios tiene en alerta a las autoridades. La Unidad Nacional de Inteligencia Financiera de la Sudeban comprobó que algunos empleados de instituciones bancarias entregan grandes sumas de dinero a personas jurídicas a cambio de algún beneficio en perjuicio del ciudadano común.

A la ya controlada remesa de billetes que envía el BCV a las entidades bancarias hay que sumar el acaparamiento de las notas monetarias por parte de empleados para lucrarse.

Unas de las víctimas de las limitaciones en la entrega de dinero en taquillas y cajeros automáticos son los pensionados y jubilados que, para poder retirar la pensión equivalente a Bs 97.531,56, más el llamado bono de “guerra económica” de Bs 29.259,47 (en total Bs 126.791,03), deben acudir a la entidad bancaria varias veces para sacar el dinero.

La falta de billetes es tan evidente que cualquiera puede salir a ofrecer el tan codiciado efectivo. Así es como a los mercados municipales acuden clientes de esos establecimientos o en las afueras de la instalación en busca de dinero, por el que pueden pagar hasta 35% en comisión.

Una fuente vinculada al sector bancario confió a El Estímulo que incluso ha habido casos en que los estacionamientos han eliminado los terminales de pago electrónico para el cobro de las tarifas, para poder utilizar el efectivo vendiéndolo a terceros.

Estas situaciones se han notado con mayor preponderancia en la ciudad de Maracay (Aragua), al centro del país, señaló otra fuente vinculada al sector, lo que alertó a las autoridades a tomar las más recientes decisiones sobre el uso de efectivo que no corregirán la desviación, mientras no se controle la inflación.

La Sudeban parece advertir una nueva crisis como la observada en diciembre de 2016, cuando el pago de aguinaldos y utilidades, un aumento salarial y una espiral inflacionaria, se combinaron especialmente durante el primer fin de semana del mes de mayor ventas del año y colapsaron los medios de pago.

La suspensión de avances de efectivo en comercio resulta una nueva limitación para obtener dinero, en un contexto de escasez de billetes, alta inflación y puntos de pago electrónico insuficientes ante el incremento de transacciones por las limitaciones propias de los bancos que dispensan en promedio Bs 30.000 por taquilla y entre Bs 10.000 y Bs 15.000 por cajero automático en el mejor de los casos, si se es cliente.

Fuente: El Estímulo

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