Las autoridades de la República de Buriatia, en el sureste de Siberia, han descubierto una operación clandestina de minería de criptomonedas escondida dentro de un camión KamAZ, que estaba robando electricidad de una línea de alta tensión destinada a abastecer a un pequeño pueblo. Con información de Cointelegraph.
El hallazgo tuvo lugar durante una inspección rutinaria en el distrito de Pribaikalsky. Los inspectores encontraron 95 equipos de minería y una estación transformadora móvil dentro del vehículo. Según reportó la agencia estatal rusa TASS, la instalación extraía energía de una línea de 10 kilovoltios, lo que generó preocupación por los riesgos de sobrecarga y apagones. Dos personas sospechosas de estar involucradas en la operación huyeron del lugar antes de la llegada de la policía.
Este es el sexto caso similar detectado este año en Buriatia, una región donde la minería está restringida debido a la escasez energética. Desde noviembre hasta marzo, la actividad está totalmente prohibida en casi toda la república, y fuera de ese periodo solo se permite a empresas registradas en zonas específicas.
La situación en Buriatia no es aislada. En diciembre de 2024, el régimen ruso impuso restricciones más amplias que prohíben la minería de criptomonedas durante los picos de consumo eléctrico en varias regiones, incluyendo Daguestán, Chechenia y partes del este de Ucrania bajo ocupación rusa. Además, desde abril rige una prohibición total en Irkutsk, una de las zonas más atractivas para los mineros debido a su electricidad barata.
Irkutsk alberga el centro de datos más grande de BitRiver, la principal empresa minera del país, lo que pone en evidencia la contradicción entre el incentivo económico de esta industria y los límites impuestos por la crisis energética.
A la problemática del robo de energía se suma la amenaza del criptojacking. La firma de ciberseguridad Kaspersky ha vinculado al grupo de hackers conocido como “Librarian Ghouls”, también identificado como “Rare Werewolf”, con una campaña dirigida específicamente a usuarios rusos. A través de correos electrónicos de phishing, los atacantes infectaron cientos de dispositivos con malware diseñado para minar criptomonedas de forma oculta.
El software malicioso desactiva Windows Defender y programa la actividad minera entre la 1 y las 5 de la madrugada para evadir la detección. Durante ese tiempo, los hackers acceden a los sistemas comprometidos, roban credenciales de inicio de sesión y ajustan los parámetros de minería para maximizar su rentabilidad.
Este doble fenómeno –la minería ilegal y el criptojacking– refleja el impacto creciente de la minería digital en la infraestructura energética y la ciberseguridad de Rusia. En un contexto de sanciones internacionales y restricciones económicas, la criptominería se ha convertido tanto en una salida desesperada como en un campo de operaciones delictivas cada vez más sofisticadas.