Colombia se consolida como el mayor productor de coca del mundo, según la ONU

El informe mundial de drogas 2025 alerta sobre el aumento sostenido de los cultivos y la producción de cocaína en Colombia, mientras Estados Unidos evalúa su respaldo a la política antidrogas del país

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Cultivos ilegales de coca en Colombia. Foto Cortesía - AFP

Colombia volvió a ocupar el primer lugar mundial en cultivos de hoja de coca y producción de cocaína, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El organismo reveló que el país sudamericano concentra el 67 % de las plantaciones ilícitas a nivel global y ha incrementado su producción en un 53 % respecto al año anterior.

Durante 2023, se registraron alrededor de 253.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, una cifra sin precedentes que consolida una tendencia sostenida desde hace al menos tres años. A ello se suma un aumento en el rendimiento por hectárea, que elevó la producción de cocaína a más de 2.700 toneladas métricas. Estas cifras convierten a Colombia en el principal epicentro del mercado global de esta droga ilícita.

El informe advierte que, aunque Colombia ha reforzado sus incautaciones —con 960 toneladas decomisadas en 2024, un 14 % más que el año anterior—, la estrategia basada en la erradicación forzosa, la interdicción y el encarcelamiento ha demostrado ser ineficaz para frenar la oferta ni reducir los daños asociados al narcotráfico.

Ante este escenario, la ONU sugiere considerar enfoques alternativos centrados en la salud pública, la reducción de daños y modelos de regulación que desarticulen las economías ilegales sin criminalizar a las comunidades vulnerables que viven del cultivo de coca.

El informe llega en un momento políticamente sensible para Colombia. Estados Unidos, su principal aliado en la lucha antidrogas, está evaluando si mantener o retirar la certificación de cooperación, un mecanismo clave para acceder a financiamiento internacional. La Casa Blanca decidirá en las próximas semanas si el país continúa cumpliendo los criterios exigidos para recibir ayuda y respaldo internacional en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico.

Desde el gobierno colombiano, figuras como la exembajadora Laura Gil han criticado la narrativa que posiciona a Colombia como el único responsable del problema global de las drogas. Gil defendió los esfuerzos del gobierno de Gustavo Petro por aplicar políticas con un enfoque más integral, aunque hasta ahora no han tenido impacto en la reducción del cultivo ni del tráfico.

La hoja de coca sigue siendo cultivada en regiones bajo control de grupos armados como disidencias de las FARC, el ELN y el Clan del Golfo. Departamentos como Nariño, Putumayo, Cauca y Norte de Santander concentran la mayor parte de las plantaciones y enfrentan una creciente presión por parte de redes criminales que utilizan estas zonas como rutas de salida hacia Venezuela, Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos.

A pesar del esfuerzo represivo, el negocio de la cocaína sigue evolucionando con mayor sofisticación. El informe señala que el tráfico por vía marítima, aérea y terrestre se ha expandido con el uso de nuevas tecnologías, métodos de ocultamiento y diversificación de rutas.

La ONU considera urgente una revisión del modelo de guerra contra las drogas. De lo contrario, el ciclo de producción, tráfico y violencia asociado a la cocaína podría perpetuarse indefinidamente, consolidando a Colombia como el nodo central de una economía criminal que opera a escala global.

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