Armando Info: Víctor Vargas y sus amigos “ahorraban” en el Banco del Orinoco

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Foto Archivo

Cuando en 2019 cayó el Banco del Orinoco NV en Curazao, lo demás fue cuestión de tiempo. El imperio del llamado ‘banquero de Chávez’ se tambaleó y arrastró las cuentas pendientes de un país a otro del Caribe. En medio del colapso, casi 1,500 ahorristas, registrados en una nómina que Armando.info ha consultado, quedaron con sus fondos cautivos. Pero no todos los afectados, casi siempre venezolanos, eran víctimas con el mismo perfil: en realidad muchos de ellos o pertenecen al círculo de empresas y socios del banquero, o son organismos del Estado chavista que colocaban dinero allí. Así lo reseña un reportaje de Isabel Guerrero para Armando Info.

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Murió por Covid-19 y “en la más precaria condición”, relata su abogado. Era un cliente venezolano del Banco del Orinoco NV de Curazao cuyo dinero quedó entrampado con el derrumbe de la entidad. Su nombre no se revela para no entorpecer la causa legal, como sugiere el abogado, quien representa los intereses del ahora fallecido ahorrista en una de las demandas colectivas que se han radicado en tribunales de los Países Bajos, donde se dirime el caso de ese banco, propiedad del magnate venezolano Víctor Vargas, conocido en los medios como el banquero de Chávez.

Aquel cliente no pudo disponer del dinero que depositó en el banco offshore a través de una agencia del Banco Occidental de Descuento (BOD), también propiedad de Vargas, pero en Venezuela y, como el del Orinoco, intervenido en septiembre de 2019. No disfrutó de los intereses generados por sus colocaciones en dólares, a una tasa atractiva, supuestamente respaldadas por la experiencia de una entidad con casi tres décadas en el mercado. Fue uno de los tantos venezolanos a quienes resultó más atractivo y seguro manejar sus recursos en moneda extranjera que en el devaluado bolívar -vapuleado al extremo por el control cambiario- pero, tratando de salvaguardar su patrimonio, terminó entregándolo a una especie de rosca financiera que lo evaporó.

Los caminos de ese esquema quedaron expuestos en septiembre de 2019 cuando cayó el Banco del Orinoco, constituido en Curazao conforme a las leyes holandesas y los tratados suscritos con Venezuela. Las autoridades del Banco Central de Curazao y San Martín lo intervinieron, y luego suspendieron definitivamente su licencia para operar. Problemas de iliquidez e irregularidades administrativas nunca aclaradas por el banco, a pesar de constantes requerimientos de los reguladores, sustentaron la medida.

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Los apuros del Banco del Orinoco en Curazao alimentaban desde varios años la comidilla de los corros financieros. Había algo de piramidal en las jugosas ofertas de intereses en dólares que el banco presentaba a acaudalados venezolanos. Pero los cada vez más frecuentes episodios de intereses sin pagar o de clientes que se quejaban en público por no conseguir a tiempo el reembolso de sus fondos, daban pie a rumores acerca de las dificultades de Víctor Vargas para seguir el ritmo de esa bicicleta financiera. Hasta que la intervención de las autoridades de Curazao dio realidad a todas las versiones.

La crisis del Banco del Orinoco NV estalló como una onda expansiva que desde Curazao recorrió el Caribe y generó una reacción en cadena inmediata en los bancos de Víctor Vargas: Allbank en Panamá (intervenido, cerrado y en proceso de liquidación), Boi Bank en Antigua, Bancamérica en República Dominicana y el propio BOD en Venezuela, que a casi dos años de distancia sigue operando a puertas abiertas pero provisionalmente intervenido por la Superintendencia de Bancos.

Esto no tenía por qué haber ocurrido así. Pero las sucesivas crisis e intervenciones de los bancos de Víctor Vargas en el Caribe pusieron a la luz un hallazgo: todos mantenían posiciones cruzadas entre sí. Fondos acreditados a uno estaban depositados en otros, y viceversa. Por lo tanto, si uno caía, arrastraba a los otros.

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Esta práctica irregular se verifica en un registro clave: 27% de los fondos comprometidos con los acreedores cuyos depósitos quedaron atrapados al momento del colapso del Banco del Orinoco en Curazao, corresponden a empresas, entidades e individuos vinculados a Víctor Vargas y su grupo corporativo.

Lea el reportaje completo AQUÍ

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