La Fiscalía brasileña denunció al senador Flavio Bolsonaro, hijo mayor del presidente Jair Bolsonaro, por blanqueo de dinero, malversación, organización criminal y apropiación indebida, y aumentó la presión sobre el mandatario, elegido en 2018 con la bandera de la lucha anticorrupción. Con información de EFE.
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La Justicia decidirá ahora si acepta la querella y sienta en el banquillo de los acusados a Flavio Bolsonaro, quien supuestamente lideró y se benefició de una trama corrupta durante su etapa como diputado regional de Río de Janeiro, según el Ministerio Público.
Licenciado en Derecho, Flavio Bolsonaro, de 39 años, es el mayor de los tres hijos del presidente que se dedican a la política y ocupó un escaño en la Asamblea Legislativa de Río desde 2003 hasta que en octubre de 2018 fue elegido senador por un mandato de ocho años.
La investigación, bautizada en Brasil como el caso de las “rachadinhas”, se destapó antes de terminar 2018 y se ha arrastrado durante dos años hasta la formulación de los cargos ante el Tribunal de Justicia de Río.
El Ministerio Público de Río informó de la denuncia en la madrugada de este miércoles, cuando toda la atención mediática estaba puesta en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
En la demanda también incluyó a Fabrício Queiroz, quien fue jefe de gabinete de Flavio y actualmente está en prisión domiciliaria por este asunto, y a otras 15 personas cuyos nombres no fueron divulgados porque el proceso corre bajo “súper sigilo” judicial.
Contratación de funcionarios “fantasmas” y desvío de salarios
Según la investigación, la red corrupta operó al menos entre 2007 y 2018 mediante la contratación de funcionarios “fantasmas” para el despacho de Flavio Bolsonaro y la apropiación de una buena parte de los salarios de estos, que era administrada por Queiroz y su esposa.
Una fracción de ese dinero era transferido supuestamente al entonces diputado, que lo blanqueaba, al parecer, a través de la compra de inmuebles y en una tienda de chocolates de la que es socio, según informes oficiales filtrados por la prensa local.
Las autoridades estiman que el hijo del mandatario lavó hasta 400.000 dólares en esas operaciones irregulares.
El caso echó a andar precisamente después de que se detectaran movimientos financieros atípicos en cuentas bancarias de Flavio y en la de 74 excolaboradores suyos en la Asamblea Legislativa de Río.
El senador, que intentó suspender las investigaciones en la Justicia y lo consiguió por un tiempo gracias a un fallo de la Corte Suprema, siempre ha negado las acusaciones y sostiene que el proceso en su contra es una tentativa para dañar a su padre.
Por otro lado, también hay dudas en el mundo jurídico sobre si el primogénito de Bolsonaro contaba o no con fuero privilegiado cuando comenzó a ser investigado.
Dependiendo de ese matiz, la denuncia sería analizada por un juez de primera instancia o un tribunal especial de Río compuesto por 25 magistrados, donde tramita por el momento, pues el Supremo aún tiene pendiente pronunciarse al respecto.
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Un caso que irrita profundamente al presidente
Jair Bolsonaro no es investigado, aunque los fiscales, en el transcurso de sus averiguaciones, descubrieron que Queiroz y la esposa de este realizaron depósitos por valor de 15.500 dólares en la cuenta bancaria de la primera dama, Michelle Bolsonaro, según reveló la prensa local.
El jefe de estado dijo en un primer momento que ese dinero, que cifró en su día en 7.000 dólares, era parte de la devolución de un “préstamo personal” que le había hecho a Queiroz, con quien también le unía una amistad.
No obstante, a medida que salían a la luz más datos del caso, el gobernante se mostró esquivo e incluso llegó a perder los papeles cuando era preguntado por los medios de comunicación sobre el tema.
En una ocasión le contestó a un periodista diciéndole que “tenía una cara de homosexual terrible” y más recientemente, en agosto pasado, amenazó a otro del diario O Globo con “llenarle la boca de puñetazos”.
Asimismo, el concejal de Río Carlos Bolsonaro, otro de los hijos del presidente, afronta una investigación similar a la de su hermano, que también envuelve la apropiación de salarios de presuntos funcionarios “fantasmas”.
Paralelamente, el exmagistrado Sergio Moro, antiguo ministro de Justicia del presidente, llegó a acusar públicamente al líder de la ultraderecha de intentar interferir políticamente en la Policía Federal en investigaciones que salpican a sus familiares.
Tras la acusación, la Fiscalía Federal abrió una investigación contra Bolsonaro, quien niega los hechos.
Vínculos con grupos paramilitares
En el caso de Flavio, también están en la mira de la Justicia personas vinculadas a grupos paramilitares, integrados por expolicías o agentes en activo corruptos que controlan algunas regiones de Río de Janeiro.
Las autoridades apuntan que Queiroz era amigo de Adriano Magalhaes da Nóbrega, un importante jefe miliciano que murió abatido por la policía en febrero de este año.
De acuerdo con los investigadores, la madre del capo, Raimunda Veras Magalhaes, y su exesposa Danielle Mendonça da Costa estuvieron en la nómina del gabinete de Flavio, según filtraron en su día los diarios Folha de Sao Paulo y Estado de Sao Paulo.