Un banco en desuso para pagar los sobornos de Odebrecht

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Foto - Meinl Bank

La trama tras la compra del Meinl Bank Antigua, por donde pasaron 1.600 millones de dólares del sofisticado sistema de sobornos de la constructora brasileña, incluyendo las coimas para Venezuela, dejó huellas en los reportes de operaciones sospechosas que recogen los FinCEN Files, que llegaron seis años después de la operación. Los ex ejecutivos del ‘Sector de Operaciones Estructuradas’ de la compañía buscaban huir de los molestos controles de cumplimento en las entidades privadas y resolvieron hacerse un banco a su medida a partir de la carcasa de la sucursal de un banco austriaco en el Caribe Oriental. Así lo reseña un reportaje de Romina Mella, Michael Nikbakhsh y Stefan Melichar para Armando Info.

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Luiz Eduardo da Rocha Soares fue uno de los ejecutivos de Odebrecht que conoció mejor el sistema de lavado de dinero para el pago de sobornos que montó Odebrecht desde su eufemísticamente llamado Sector de Operaciones Estructuradas. Entró a la constructora brasileña a finales de los 80 al área financiera y años después ocupó el cargo de tesorero internacional de la compañía. En 2006 pasó al Sector de Operaciones Estructuradas -el nombre asignado a su gestión de sobornos- bajo el mando de Hilberto Silva, debido a su conocimiento del mercado financiero internacional.

“Mi función consistía en buscar alternativas para dar continuidad al sistema de pagos ilícitos en el exterior”, dijo Da Rocha en un interrogatorio del 22 de noviembre de 2016 conducido por los procuradores brasileños, en el contexto de su delación premiada. “Buscaba bancos en el extranjero para hacer los pagos paralelos, la creación de nuevas estructuras financieras y apoyar a los ejecutivos que estaban fuera de Brasil para hacer pagos no oficiales”. Es decir, sobornos.

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Para esa época, el Sector de Operaciones Estructuradas había establecido cuatro niveles de lavado de dinero a través de sociedades de gaveta controladas por los funcionarios que trabajaban en esa área de la compañía, y así distanciar el origen ilegal de los fondos de los receptores de las coimas. “El dinero pasaba por dos etapas antes de llegar a las cuentas que eran administradas por mí, hasta 2008. […] Nosotros hacíamos las órdenes de transferencia y las enviábamos al encargado de la cuenta o directamente a los bancos. […] Finalmente el dinero era enviado a las cuentas del nivel 4, cuyo titular en la mayoría de los casos era Olivio Rodrigues [funcionario del Sector de Operaciones Estructuradas], y él hacía los pagos a los destinatarios finales”, dijo Da Rocha a los procuradores brasileños.

Entre 2006 y 2008, de acuerdo con Da Rocha, los bancos utilizados para abrir cuentas de las offshore de las capas 2 y 3 fueron el “Pictec Et Cie, PKB Lugano, Meinl Bank Austria, Banif Ilha da Madeira y la Banca Privada de Andorra (BPA)”.

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Pero fue a partir de 2008, “con el crecimiento del volumen de las operaciones del Sector de Operaciones Estructuradas”, que Fernando Migliaccio —uno de los ejecutivos del departamento de sobornos de Odebrecht— se hizo responsable de la gestión de todas las cuentas corrientes de nivel 2 y 3; y Da Rocha pasó a apoyar a los líderes empresariales y directores superintendentes fuera de Brasil para el pago de sobornos. En ocasiones Luiz da Rocha visitaba los países donde estaban los políticos o funcionarios públicos que recibirían las coimas, y los instruía para abrir cuentas bancarias principalmente en Antigua Overseas Bank (AOB) y, a partir de 2010, en Meinl Bank Antigua.

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