Uno de los sobrinos de Cilia Flores apeló a la Corte Suprema de Estados Unidos una sentencia de 18 años, por conspirar para contrabandear 800 kilogramos de cocaína al país norteamericano. Con información de Joshua Goodman / The Associated Press.
Francisco Flores y su primo, Efraín Campo, fueron declarados culpables en 2016 en un caso que arrojó una dura mirada a las acusaciones estadounidenses de tráfico de drogas en los niveles más altos de la administración socialista del presidente (ilegítimo) Nicolás Maduro. En marzo, los fiscales acusaron al propio Maduro de liderar una supuesta conspiración “narcoterrorista” que inundó Estados Unidos con 250 toneladas métricas de cocaína al año.
En una apelación publicada en el expediente de la Corte Suprema, los abogados de Flores argumentaron que el jurado fue engañado cuando un juez federal de Manhattan les dijo que los hombres debían haber tenido conocimiento de que la cocaína estaba destinada a EEUU, un requisito para la condena según la ley estadounidense.
Según la petición, en ningún momento se puede escuchar a los dos hombres en grabaciones telefónicas ni siquiera preguntando sobre el destino final del envío con destino a Honduras que estaban negociando con informantes que trabajan bajo la supervisión de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos. Cuando los informantes insertaron en 13 instancias registradas referencias generales al narcotráfico en Estados Unidos, los hombres guardaron silencio o reaccionaron con respuestas vagas e inaudibles, según la petición.
Fiscal de NY sobre narcosobrinos: Se trató de un plan descarado de tráfico de cocaína
“La única prueba citada con respecto a la supuesta evasión deliberada del conocimiento por parte de Flores fue que él y Campo permanecieron efectivamente en silencio, es decir, no buscaron confirmación o aclaración, cuando los informantes de la DEA dejaron caer sus diversas insinuaciones indirectas”, según la apelación, que fue preparada por abogados con sede en Nueva York de la firma Sidley.
Campo y Flores fueron arrestados en Haití en una operación de la DEA en 2015 y trasladados de inmediato a Nueva York para enfrentar un juicio. Fueron atraídos a la isla caribeña con la promesa de un anticipo de 11 millones de dólares de un traficante en silla de ruedas que conocieron en Honduras llamado “El Sentado”, quien sin saberlo era un informante de la DEA.
Siguió una reunión en Caracas, en la que se presentó una muestra del estupefaciente. Pero no se les incautó ninguna droga cuando fueron arrestados en un restaurante cerca del aeropuerto de Puerto Príncipe, poco después de llegar en un jet privado desde Caracas.
Wilmer Ruperti paga los abogados de los sobrinos de Cilia Flores
Los abogados de Campo y Flores argumentaron en su juicio de dos semanas que ninguna droga se intercambió de manos y que los hombres nunca tuvieron la intención de entregarla.
No está claro quién paga los honorarios legales de Flores. Pero Wilmer Ruperti, el controvertido magnate venezolano con vínculos al régimen de Maduro, figuraba como el financista del bufete de abogados encargado de la defensa de los ‘narcosobrinos’ en 2016.
