Detienen a banda de tráfico de animales en peligro de extinción

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El guacamayo jacinto es uno de los 200 animales confiscados a la organización. Foto Cortesía

El guacamayo Jacinto, especie originaria de Brasil, Bolivia y Paraguay, está en grave peligro de extinción. Su valor en el mercado negro puede alcanzar los 14 mil euros, y es sólo uno de los 200 animales incautados por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de España, a una banda de tráfico de animales en España y Marruecos.

La caza ilegal de animales amenaza la extinción de muchas especies

Durante la operación policial denominada Fennec, una parte de los integrantes de la organización criminal fueron detenidos y acusados entre otras cosas de: contrabando, maltrato animal, comercio ilegal y falsedad documental.

La Guardia Civil, afirmó la existencia en Marruecos de un grupo de “ricos encaprichados” en tener en sus propiedades especies de animales protegidos internacionalmente o en riesgo de extinción.

Además del guacamayo Jacinto, entre los caprichos de los compradores se encontraban otros animales como el flamenco rosado, ualabis, canguros, kinkajús e incluso linces ibéricos, especies que no lograron ser incautas en el operativo. “Los compradores buscaban tener lo que los demás no, sentirse especiales. No tenían reparos en pedir lo que sea”, señala el SEPRONA.

Primera macro operación mundial contra delitos ambientales

Las autoridades explican, además, que este comercio de fauna protegida es cada vez más habitual para blanquear dinero.

Modus Operandi

Los animales los adquirían por medio de proveedores de España y otros países de la UE como Portugal, Alemania o Eslovaquia, los cuales permanecían en el garaje de una vivienda en Málaga, en donde contaban con una tienda de venta de animales que les servía como “tapadera”.

La principal ruta de los delincuentes consistía en llegar a Melilla, lugar en el que uno de los integrantes contactaba con los compradores a través de las redes sociales y disponían de mulas para pasar la frontera entre Melilla y Nador.

Las especies iban escondidas dentro de cajas y bajo varias mantas en el maletero de algún carro, condiciones que terminaban por matar a algunos de los animales, sobre todo las aves.

El SEPRONA contó con la colaboración de la EUROPOL, Autoridad Aduanera del Puerto de Málaga y la Autoridad Administrativa CITES de España para la identificación de las especies, la orientación con respecto a los aspectos técnicos del control de los especímenes y su posterior alojamiento en centros apropiados.

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