Descalabro de petroleras expropiadas deprime economía en la Costa Oriental del Lago

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Foto Referencial

CCD Revestidas de rojo ya marchito se presentan ante el ojo visionario de los vecinos del sector Las Morochas, en el municipio Lagunillas, en la Costa Oriental del Lago (Col), en el occidente del país, la mayoría de las empresas petroleras que prestaban servicios a la principal industria petrolera venezolana, y que luego de la estatización del pasado ocho de mayo de 2009, unas desaparecieron y a otras les cambiaron el nombre, pero que en conclusión, según los analistas, testigos y afectados desmejoraron la calidad de vida de los costeños.

En el sector Las Morochas, el impacto de la nacionalización fue negativo y notorio. El lugar, es uno de los asentamientos más antiguos de la subregión y donde la presencia de importantes empresas estimulaba la formación de microempresas, cooperativas, empresas de producción social, pero la medida desmoronó el aparato productivo que sustentaba la economía no sólo de la zona, sino del eje Costa Oriental del Lago (COL) donde se produce la tercera parte de todo el crudo de la nación. El ocho de mayo de 2009 marcó el antes y después de la pujante industria petrolera del que dependían directa e indirectamente la mayoría de la población costeña.

Héctor Díaz Sánchez, sindicalista petrolero, considera que es una fecha que “nunca olvidarán”. “Los dueños de la contratista son los más perjudicados al no pagarles más de 16 mil millones de dólares en trabajos que le habían realizado a PDVSA. Según los revolucionarios fue un acto heroico, la recuperación de los muelles y todo lo que flota. Es decir, hicieron caída y mesa limpia. Así es muy fácil. Convirtieron a PDVSA en una alcaldía, pero no en una alcaldía cualquiera”.

En total fueron 143 empresas, además de mil embarcaciones y 39 muelles, según cifras oficiales, de las cuales hasta ahora solo a 11 empresas indemnizó el Estado venezolano. El Gobierno confiscó gabarras, grúas, diques astilleros, plataformas, lanchas de buceo y remolcadores. Una de las razones de la aplicación de la medida era la deuda contraída por ocho meses de pagos de la empresa matriz Petróleo de Venezuela (PDVSA).

Sin embargo Sánchez, quien es sindicalista petrolero desde hace más de una veintena de años, su cuenta está más detallada que la ofrecida por el Ejecutivo nacional. “Fueron 495 lanchas de aluminio de transporte de personal, 98 lanchas para operaciones de buceo con equipos especializados, 40 lanchas de conexiones, 25 lanchas de reparaciones de planchadas; 38 lanchas para operaciones de PCP (Prevención y Control de Pérdidas), 45 remolcadores, 25 barcazas, 20 gabarras de tendido y reparación de líneas; cuatro gabarras para el hincado de pilotes, ocho gabarras grúas, 25 gabarras planas de transporte de carga y 14 muelleas en perfecto estado de funcionamiento”

Desde entonces PDVSA incorporó a su nómina a cuatro mil personas. Para Audio Soto, miembro de la Unión de Sindicato de Industrias Petroquímicas y Similares, una parte todavía no goza de los beneficios contractuales, tales como asistencia médica y farmacia además de la ausencia de la indumentaria necesaria para ejecutar las labores.

 

Con información de La Verdad

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