Las redes de trata de personas en México y América Latina no solo comercian con cuerpos y vidas humanas; también lavan dinero a través del sistema financiero para sostener su modelo de explotación y abuso. Esta relación perversa entre trata y lavado fue el foco del encuentro virtual “Reflexiones Regionales sobre la Trata de Personas y el Lavado de Dinero”, organizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México. Con información de Infobae.
Más de 400 representantes del sector financiero, organizaciones sociales y gobiernos de América Latina y el Caribe participaron en el evento, que dejó en claro un mensaje urgente: seguir el rastro del dinero es clave para debilitar las redes criminales. “El sector financiero es clave para cortar los recursos que sostienen a las redes de trata. Si bloqueamos el dinero, debilitamos su capacidad de operación”, advirtió Berenice Gaytán Fuentes, directora de 360Educa.
Según el Informe Mundial sobre Trata de Personas 2024 de la UNODC, la explotación sexual y laboral siguen siendo las formas más comunes de trata en la región. Las víctimas, principalmente mujeres, niñas, niños y adolescentes, suelen ser reclutadas en zonas marginadas donde el acceso a la justicia es casi inexistente. Pero detrás del drama humano se esconde una maquinaria financiera. Depósitos fraccionados, transferencias electrónicas, compras de bienes de lujo y uso de prestanombres son algunos de los mecanismos que las organizaciones delictivas utilizan para lavar sus ganancias y legitimar sus operaciones.
En el marco del Proyecto Disrupción, respaldado por el Gobierno de Canadá, se realizaron mesas de trabajo en cinco estados mexicanos —Campeche, Hidalgo, Oaxaca, Querétaro y Quintana Roo—, donde se identificaron al menos 15 tipologías de lavado de dinero vinculadas directamente con la trata de personas. Luis Daniel Martínez, coordinador del proyecto, destacó que “las redes operan cruzando fronteras, por eso necesitamos respuestas integradas entre países y sectores”.
El informe recomienda fortalecer la detección temprana de operaciones sospechosas mediante el uso de tecnología, análisis de riesgos y capacitación continua al personal del sector financiero. Para ello, la UNODC impulsa la adopción de Procedimientos de Operación Estandarizados (POE) y principios internacionales como los del Grupo Egmont. Además del daño económico, los expertos subrayaron el impacto social devastador de estos crímenes. “Cada transacción encubre una historia de abuso, violencia y despojo”, denunció Adriana Oropeza, titular del Centro de Excelencia UNODC-INEGI.
La lucha contra la trata de personas no puede limitarse a rescatar víctimas. También implica cerrar las puertas del sistema financiero a quienes lucran con su sufrimiento. En palabras de la ONU, combatir el lavado de dinero es proteger vidas.











