El escándalo del fondo soberano malasio 1MDB, considerado uno de los mayores casos de corrupción financiera de las últimas décadas, continúa dejando huella en el mercado internacional del arte. Esta vez, cuatro piezas emblemáticas fueron subastadas por el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, en un proceso que refleja cómo las instituciones buscan convertir en justicia lo que fue adquirido con dinero ilícito. Con información de Infobae.
Entre el 16 de julio y el 4 de septiembre, a través de la casa Gaston and Sheehan, se subastaron obras de Jean-Michel Basquiat, Pablo Picasso y Diane Arbus, alcanzando una recaudación total de 36 millones de dólares. El detalle no es menor: a diferencia de otras ocasiones, los fondos obtenidos no irán al Tesoro estadounidense, sino que serán destinados a las víctimas del fraude, en un esfuerzo por reparar los daños provocados por el saqueo multimillonario del 1MDB.
Las piezas incluyen el Autorretrato (1982) de Basquiat, entregado por Christopher Joey McFarland, cofundador de Red Granite Pictures; Hombre Rojo Uno (1982), del mismo artista, adquirido en su momento por el fugitivo Jho Low; Cabeza de toro y broc (1939) de Picasso, y la icónica fotografía Niño con una granada de juguete de Diane Arbus, ambas recibidas en su día por Leonardo DiCaprio como obsequios.
El caso evidencia la conexión entre el dinero de la corrupción, el lujo de Hollywood y el mercado del arte, donde se ocultaron millones desviados del fondo malasio. Con esta subasta, las autoridades estadounidenses refuerzan su mensaje: los activos vinculados a delitos financieros pueden ser rastreados, confiscados y devueltos a la sociedad, sin importar en qué manos terminen.
Se trata de un nuevo capítulo en la recuperación de activos producto de la corrupción transnacional, una práctica cada vez más extendida que busca cerrar el ciclo de la impunidad, transformando símbolos de poder ilícito en recursos para quienes fueron víctimas de esos crímenes financieros.











