Las bolsas con US$ 9 millones: Al exfuncionario de los Kirchner lo esperaban en el convento

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Screen Shot 2016-07-23 at 9.11.53 AMEl caso del ex secretario de Obras Públicas durante los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015), José López, quien fue detenido la madrugada del pasado 14 de junio, cuando trataba de introducir varias bolsas con casi 9 millones de dólares en un convento, sigue su proceso de investigación , con la declaración, ante un juez, de las cuatro monjas que estaban en el monasterio aquella noche.

A continuación la reseña de Clarín

Dos de las cuatro religiosas que estaban en el convento la noche de la detención de José López, María Antonia Casas y Marcela Estefanía Albin, declararon ayer ante el juez Daniel Rafecas y responsabilizaron a la hermana Alba, de 95 años, por la decisión de hacer entrar al ex funcionario en el monasterio. Además, aseguraron que no sabían que en el interior de los bolsos había dinero.

Las religiosas llegaron a los tribunales de Comodoro Py con sus hábitos religiosos y lograron esquivar a los medios. Declararon durante casi horas en el juzgado de Rafecas, ante la presencia de los abogados de la Oficina Anticorrupción (OA) y uno de los defensores de López.

Según sus propios testimonios, María, monja de clausura desde hace 20 años, era la encargada de atender el timbre en el convento desde que la madre superiora Alba se enfermó, mientras que Marcela asistía en las diligencias dentro de la estructura del convento.

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Captura de pantalla de un vídeo publicado el 15 de junio del 2016 en donde la policía argentina muestra el dinero, armas, joyas y otros objetos incautados al ex ministro José López, de 55 años, capturado cuando estaba tratando de ocultar todo en un convento. AFP

Esta última declaró que a las 8 de la noche del 13 de junio, Alba les comunicó que iba a pasar “el señor José”, a quien había visto “dos o tres veces” junto a su esposa porque “visitaban tanto al Monseñor (Rubén Di Monte) como a la madre Alba”.

“Esa noche la madre superiora sólo me dijo que ‘llamó José y que iba a venir’, nosotras no pedimos explicación a la madre superiora. Se hacía tarde y después a eso de las 23 hs. y 00.00 hs., la madre Alba nos dijo que ‘no lo esperemos más a José’, que nos fuésemos a descansar. A eso de la madrugada, sonó el teléfono (…). Eran más o menos las 4 de la mañana”, dijo Marcela, según consta en el acta de su declaración.

El relato continúa: “Abrió la puerta la madre Inés, José estaba ahí con unos bolsos. Y la madre Inés le abrió la reja primero y después la puerta, y él le dijo ‘esto traigo para el Monasterio'”.

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Durante el allanamiento al Convento se localizaron estas bóvedas

Marcela Albin confirmó que “Inés lo ayudó a meter los bolsos adentro de la casa”, tal como muestran las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar. Y señalo que “José y la ‘Sra. Mari’ (en alusión a Ana María Díaz, esposa del ex funcionario) a veces traían comida, té, fideos, arroz, también donó sábanas, ropa todo para nosotras”.

Por su parte, María afirmó que “nunca” supo “quién era o a qué se dedicaba José o su mujer”, y que la noche previa a la detención lo estuvo esperando, por orden de la superiora, hasta la medianoche. “Me fui a acostar a mi celda, cerré la puerta y me fui a dormir”, resumió.

La monja se despertó a la madrugada cuando ya estaba la policía en la puerta del convento. “No recuerdo la hora; me asusté porque no entendía por qué motivo estaba la policía en el Monasterio, me levanté, me fui al torno, y atendí el portero eléctrico, entonces ahí el policía me explica que el vecino de enfrente había visto a un hombre que había saltado el portón con bolsos para adentro”, dijo. Se refería al pollero Jesús Ojeda, que declaró el jueves ante el juez Rafecas.

La tercera monja involucrada es la hermana Inés (Celia Inés Aparicio), que ya fue llamada a indagatoria para el próximo 1 de agosto. Rafecas habló con ella durante la inspección ocular al convento y decidió mantenerla al margen del operativo por su condición de imputada. En tanto, el Cuerpo Médico Forense debe definir si la hermana Alba, de 95 años, está en condiciones de declarar.

La jornada de ayer terminó con un careo entre las dos monjas a raíz de algunas contradicciones sobre el momento en el cual la policía le exhibió el arma de López. “Yo me mantengo en mis dichos”, dijo la hermana Marcela, ante lo cual la otra religiosa contestó: “Yo también me mantengo en mis dichos, pero puede ser que yo no haya visto al policía, yo sólo saqué la cabeza y vi el arma”. Clarín

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