Hija de Cristina Kirchner es investigada por posible corrupción

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IMAGEN-16650879-2Conforme siguen pasando los días, el cerco judicial sobre la familia de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se va cerrando aún más por diversas causas que tienen como común denominador la palabra corrupción.

Esta vez es el turno de Florencia Kirchner, la hija menor del matrimonio de la exmandataria con el también ex jefe de Estado Néstor Kirchner (fallecido en el 2010), a quien se le encontraron en sus cuentas personales 5,7 millones de dólares, cantidad para muchos injustificada al no conocérsele una actividad económica lucrativa.

Aparte de sus asignaciones no oficiales como promotora del cine argentino, tras haber estudiado en la New York Film Academy; de aparecer en redes sociales frente a lujosos locales en diversas ciudades del mundo, y de haberle impuesto a su progenitora la banda presidencial en el 2011, no se conocen mayores detalles de la vida de Florencia, quien también aparece junto con su hermano mayor, Máximo Kirchner, en la junta directiva de la cadena Hotesur, bajo la lupa de las autoridades por supuestas maniobras fraudulentas que tienen a Cristina Fernández de Kirchner delante del juez Julián Ercolini.

En las investigaciones de Ercolini sobre este caso, se ordenó que se investigaran las cuentas de Florencia, al igual que el embargo de dos cajas de seguridad que se encontraban a su nombre en la sede matriz del Banco Galicia en Buenos Aires. Allí se encontraron los 5,7 millones de dólares en efectivo.

Margarita Stolbizer, diputada nacional por el partido GEN, denunció a la expresidenta por la causa Hotesur ante Ercolini. Tras hacerlo, aseguró que en las declaraciones juradas de bienes que Fernández de Kirchner presentó tras dejar el poder en diciembre había graves inconsistencias y que sabía de la existencia de cajas de seguridad con grandes cantidades de dinero no declarado.

Según Stolbizer, ese dinero corresponde a sobornos pagados por el empresario Lázaro Báez tras beneficiarse de dádivas de los Kirchner en cuanto a la concesión de contratos de obra pública, tanto en la provincia de Santa Cruz, en el sur, como en el resto del país.

“Florencia Kirchner termina teniendo una fortuna sin haber trabajado nunca, por lo tanto lo mínimo que tendría que preguntarse es por qué tenía semejante fortuna”, le aseguró la diputada al diario La Nación, a lo que añade: “Los Kirchner tienen una enfermedad tan brutal con el dinero; codicia, paranoia por acumular”. El esquema, según se ha denunciado tanto en la esfera judicial como en los medios, funcionaba de una forma cíclica.

El gobierno central lanzaba licitaciones de obra pública en diferentes regiones del país, pero estas casi siempre iban a dar a manos de Báez, empresario muy cercano a los Kirchner desde la época en que era mano derecha de Néstor en Santa Cruz. Báez pagaba los favores con reservaciones ficticias en hoteles de la cadena Hotesur, la cual reportaba un lleno en sus instalaciones, cuando en realidad permanecían vacíos. El dinero de los sobornos iba a dar directamente a bóvedas o a cuentas en el exterior, pero luego se hacía retornar a Argentina vía triangulación con paraísos fiscales.

De las denuncias se salva, de momento, Máximo Kirchner, ya que es diputado nacional por el Frente para la Victoria (FPV) y lo cobija el fuero parlamentario establecido en los artículos 68, 69 y 70 de la Constitución.

Cristina Fernández de Kirchner también está siendo procesada judicialmente por otra causa, que comprende maniobras con el valor del dólar a futuro en el Banco Central de la República Argentina (BCRA). En ella también están involucrados su último ministro de Economía, Axel Kicillof, y el expresidente del BCRA Alejandro Vanoli. Por este caso, el juez Claudio Bonadío dictaminó un embargo de todos los bienes muebles e inmuebles de la exmandataria.

Gregorio Dalbón, abogado de Fernández de Kirchner, en una entrevista con FM Delta afirmó que es “muy factible” que ella vaya a la cárcel por la “persecución política, mediática y judicial” que existe en su contra.

“Parece una caza de brujas. Ni a los genocidas se les embargó la pensión en el juicio a los militares”, criticó Dalbón antes de apuntar que su cliente va a tener que defenderse “con alma, dientes y uñas” ante “desacatados” jueces que se alzan como “paladines” de una justicia cuyos límites, bajo su punto de vista, ya se han “traspasado”.

El Tiempo de Colombia

Redacción Internacional*
* Con La Nación/GDA y Efe 

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