El diario español El Mundo publica que el magnate venezolano Víctor Vargas, conocido como el “banquero rojo” por su cercanía con el chavismo, enfrenta una causa penal en Curazao por presunto fraude y apropiación indebida de fondos de más de 2.400 clientes del Banco del Orinoco N.V., entidad que formaba parte de su grupo financiero.
El reportaje firmado por el periodista Daniel Lozano, publicado en El Mundo, detalla que las autoridades judiciales de Curazao presentaron una denuncia penal ante el Ministerio Público contra Vargas y su entorno cercano —entre ellos su yerno, Luis Alfonso de Borbón, esposo de Margarita Vargas, hija del banquero—, por supuesta falsificación de documentos y manipulación de actas internas del banco.
Según la investigación, los depósitos de los ahorristas, estimados en más de 1.000 millones de dólares, desaparecieron tras ser desviados a cuentas vinculadas al propio grupo financiero de Vargas. Los denunciantes aseguran que el fraude se ejecutó en medio de la intervención del Banco del Orinoco N.V., ocurrida en 2019, cuando la entidad fue liquidada por irregularidades contables.
El círculo del poder y la protección del régimen
Pese a los procesos judiciales abiertos en el Caribe y a las denuncias reiteradas de los afectados, Víctor Vargas nunca perdió el favor del régimen venezolano. De hecho, según El Mundo, su influencia se mantuvo incluso después de la muerte de Hugo Chávez, con el apoyo de altos funcionarios del entorno de Nicolás Maduro.
Vargas fue durante años una figura clave del poder financiero en Venezuela. A través del Banco Occidental de Descuento (BOD) y otras filiales, logró expandir sus negocios hacia Panamá y Curazao, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del país. Su cercanía con el chavismo le permitió acceder a créditos, divisas preferenciales y contratos estatales, mientras su imagen pública se consolidaba bajo el apodo de “el banquero rojo”.
El exparlamentario y exministro antidrogas del gobierno de Rafael Caldera, Carlos Tablante, citado en el reportaje, afirmó que el grupo de Vargas “comprometió deliberadamente los fondos de sus clientes en operaciones de compensación de deudas”, calificando las maniobras como una estrategia de distracción para ocultar el destino del dinero.
Negocios en España y vida de lujo
El artículo también resalta la vida de lujo de Vargas y su familia en España, donde residen desde hace años. Su hija Margarita y su yerno Luis Alfonso de Borbón —bisnieto del dictador Francisco Franco— viven en una exclusiva urbanización de Madrid, mientras el banquero alterna su tiempo entre Caracas y su finca en Sotogrande, Cádiz.
Casado en segundas nupcias y padre de cinco hijos, Vargas ha cultivado un perfil social y mediático ligado a los caballos, el golf y los círculos aristocráticos. Su imperio, sin embargo, parece desmoronarse bajo la presión judicial que se reaviva ahora desde Curazao.
Un símbolo del poder financiero del chavismo
Para El Mundo, el caso de Víctor Vargas refleja la impunidad y la protección política que durante años disfrutaron los empresarios aliados del régimen bolivariano. Aun con denuncias de fraude y desfalco multimillonario, el “banquero rojo” siguió vinculado a operaciones con el Estado y medios de comunicación bajo control del chavismo.
“Sigue siendo el banquero rojo, protegido por el régimen”, resume el reportaje de El Mundo, que vuelve a poner sobre la mesa las complejas relaciones entre el poder financiero venezolano y la estructura política del país.
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