La Misión Internacional de Determinación de los Hechos para Venezuela presentó este lunes en Ginebra un informe devastador ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el que documenta violaciones sistemáticas de derechos humanos ocurridas entre septiembre de 2024 y agosto de 2025.
El documento recoge un patrón de represión caracterizado por detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas, violencia sexual, muertes bajo custodia y asesinatos en el marco de protestas. Los hallazgos confirman la existencia de una política de Estado dirigida a perseguir y castigar a opositores, activistas, periodistas e incluso familiares de disidentes.
La misión subrayó que, lejos de tratarse de hechos aislados, estas violaciones responden a un esquema estructurado que deriva en crímenes de lesa humanidad, responsabilidad directa de las autoridades venezolanas. Entre los casos reseñados figuran muertes de manifestantes, detención de menores y el hostigamiento a comunicadores sociales.
En reacción al informe, el presidente electo Edmundo González Urrutia destacó que las conclusiones de la misión ratifican lo que la oposición y las víctimas han denunciado por años: que en Venezuela existe una política sistemática de represión. González llamó a la comunidad internacional a mantener una solidaridad activa y sostenida con el pueblo venezolano.
El informe fue calificado por organismos internacionales y activistas como una interpelación directa a la comunidad internacional, que tiene la obligación de dar pasos más firmes ante la magnitud de los crímenes constatados. “Las voces expresadas hoy en el Consejo de Derechos Humanos son un paso necesario, pero insuficiente frente a la gravedad de lo presentado”, señala el texto.
Con esta nueva entrega, la ONU refuerza lo que ya se ha venido denunciando en instancias internacionales: que en Venezuela existe una maquinaria estatal de represión que viola sistemáticamente los derechos humanos y que mantiene en la impunidad a sus responsables.
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