En un hecho considerado histórico en la lucha global contra la corrupción, el gobierno de Suiza anunció la devolución a Nigeria de 458 millones de dólares depositados en bancos suizos por el fallecido dictador militar Sani Abacha. De ese total, 290 millones ya fueron transferidos, en el marco de un acuerdo que marca un precedente internacional. Con información de Noticias ONU.
“El acuerdo constituye un hito”, afirmó Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, durante una conferencia de prensa junto a la ministra de Hacienda de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, y el secretario de Estado para Asuntos Económicos de Suiza, Jean-Daniel Gerber. Según Wolfowitz, el mensaje es claro: “no existe lugar seguro para fondos robados”.
Este es uno de los primeros casos de repatriación de capitales ilícitos de un dictador hacia su país de origen, y puede sentar un precedente relevante para otras naciones que buscan recuperar activos saqueados. “La corrupción no es un problema exclusivo de los países en desarrollo. Los países desarrollados también tienen la responsabilidad de cerrar los espacios donde se esconden fortunas ilegítimas y de ayudar a devolver esos fondos”, agregó Wolfowitz.
Nigeria, bajo nuevas autoridades que han hecho de la transparencia y el buen gobierno una bandera, busca demostrar que el dinero repatriado será utilizado en beneficio de la población. Por ello, el Banco Mundial supervisará la gestión de estos recursos, asegurando que se destinen a sectores prioritarios del presupuesto público, como infraestructura y programas sociales.
Desde Suiza, Gerber subrayó que el secreto bancario no aplica cuando se trata de activos ilegales: “La repatriación de fondos adquiridos en forma ilegítima es una herramienta valiosa para combatir la corrupción y puede llegar a constituir una fuente importante de financiamiento para el desarrollo”.
La devolución de los millones robados por Abacha es más que un triunfo para Nigeria: se trata de una señal poderosa para el mundo, que confirma que los bienes de la corrupción pueden ser rastreados, confiscados y devueltos, incluso años después de haber sido sustraídos.
