Morodo registró empresa en bufete Mossack Fonseca de Panamá

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Raúl Morodo escondió su presencia hasta percibir los más de cuatro millones de euros en asesorías ficticias de la petrolera estatal venezolana por implantarla en Europa.

Raúl Morodo usó testaferros de los papeles de Panamá para ocultarse en una empresa de ese país, donde cobraría las sumas millonarias del régimen de Chávez. Furnival Barristers se creó poco después de que Morodo abandonara la embajada de España en Venezuela.

Furnival Barristers se registró bajo la firma de Mossack Fonseca, el bufete de abogados especialista en esconder bienes mediante paraísos fiscales. La presidenta de la compañía fue Edith Olivé Bocanegra, una fiduciaria presente en el caso de los papeles de Panamá.

Días después de la creación de la falsa empresa Furnival Barristers, se concedió poderes de representación a Alejo Morodo. Esta sociedad familiar cobró al menos 3.8 millones de euros de PDVSA.

Alejo Morodo, la mano derecha de su padre

Alejo Morodo fue quien firmó con PVDSA el contrato que se basaba en asesorías ficticias con el supuesto objetivo de instaurar a la petrolera en Europa bajo el nombre PDVSA Ibérica.

El hijo del diplomático radicó la supuesta filial de PDVSA en su propio bufete luego de registrarla como una compañía donde la activad económica son las instalaciones eléctricas, con un capital de 3.010 euros. PDVSA Ibérica S.L. tuvo una sola empleada: Julia Elbia Van Den Brule, administradora única desde mayo de 2007 hasta que fue liquidada por el propio Alejo Morodo en 2009.

Van Den Brule abrió una cuenta en Andorra en 2008 para ocultar tres millones de dólares (2,4 millones de euros) como consta en un formulario confidencial que rellenó al formalizar un depósito en laBanca Privada d’Andorra(BPA), según revela la indagación que adelantan las autoridades del Principado.

Se trata del mismo banco donde se investiga la red de corrupción que existió en Pdvsa durante los diez años de la presidencia de Rafael Ramírez.

Alejo cursó sus estudios primarios y secundarios en uno de los centros escolares por excelencia para las familias más pudientes de Madrid. Junto a su padre encabezó la trama internacional de lavado de dinero que ahora investigan las autoridades españolas que sostienen que tuvo como aliados a su esposa de nacionalidad portuguesa, Catariana Loureiro, el venezolano Carlos Prada y su cónyuge.

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