La extraña muerte de un empresario: El Estado le dio un crédito de BS 6.000 millones para fabricar lanchas

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CCD Al menos dos de las cualidades de Inversiones Pronáutica que mencionó el ministro Miguel Pérez Abad, el día que le otorgó el crédito a Andrés Canela, no son ciertas: no tiene tradición exportadora y la mayoría de la materia prima usada para construir las embarcaciones es importada

En la gráfica de más abajo se observa a Andrés Canela, empresario venezolano de 47 años, junto al entonces ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera y actual presidente del Banco Bicentenario, Miguel Pérez Abad, y al menos unos 13 trabajadores de la planta de Inversiones Pronáutica en una foto publicada por Contrapunto.com. Los 15 hombres alzaban uno de sus brazos, con la mano en forma de puño, y la mayoría sonreía. La imagen transmite una victoria, apunta a el inicio de algo bueno y recuerda a esa escena de las películas de guerra donde, antes de iniciar la batalla, todos los guerreros gritan, mientras suben uno de sus brazos, para luego arremeter contra su contrincante. La alegría que se observa en la foto, de lo que parecía ser un gran negocio, le duró poco más de un mes al representante de una de las partes. Después de 39 días de publicada la imagen Andrés Canela, según el parte policial, se quitó la vida.

Canela era uno de los siete accionistas y el director de Inversiones Pronáutica, una empresa venezolana que fabrica lanchas desde el año 1994 y que recibió un financiamiento por 6.000 millones de bolívares del Banco Bicentenario del Pueblo, el pasado 11 de agosto, en el marco de la política económica del Gobierno para impulsar la industria venezolana.

El ministro Miguel Pérez Abad junto a Andrés Canela y a los trabajadores de la planta de Inversiones Pronáutica (Foto: Contrapunto / Anthony AsCer Aparicio)

El 22 de septiembre, dos días después del suceso, el diario La Voz reseñó que el cuerpo sin vida de Canela fue encontrado en el jardín de su residencia ubicada en la urbanización Monte Rua, en el Alto Hatillo. Canela tenía un disparo en extremo derecho de la cabeza y junto a él se consiguió un arma marca Tanfoglio (calibre 9 mm).

El artículo cuenta que presuntamente Canela dejó una carta donde explicaba su decisión de quitarse la vida. “En ella expresa sentirse avergonzado y no tener cómo darle la cara a la gente con respecto a una situación relacionada con su entorno de negocios, desde el punto de vista político, se conoció extraoficialmente”, reseñó el medio.

Sin embargo, el mismo artículo del diario La Voz señalaba que a los funcionarios les llamó la atención la dimensión irregular del orificio de entrada del supuesto disparo que se había propiciado Canela a sí mismo. Además, el periodista Emilio Materán escribió en su cuenta de Twitter: “Fuentes extraoficiales dicen que al parecer encontraron otro tiro en la pared ‘y a los investigadores no les cuadra lo del suicidio’”.

A dos meses de la muerte de Canela, la causa de su fallecimiento es un secreto. Los familiares no quieren hablar y los funcionarios de la brigada “G” de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), que investigaron el suceso, dicen que no están autorizados para dar declaraciones. Pero la muerte de Canela no es el único misterio que envuelve al empresario. Sus negocios son un entramado con más oscuros que claros.

El Pitazo acudió a la División de Homicidios del CICPC para conocer los hallazgos de la investigación los días 13, 16 y 20 de noviembre, donde se dejó una correspondencia solicitando información. A esta fecha en que se publica el reportaje la solicitud no ha sido contestada.

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