
Desde marzo de 2023, Cuentas Claras Digital ha venido revelando las conexiones políticas y empresariales del panameño Ramón Carretero Napolitano con el régimen venezolano, gracias a su socio Carlos Malpica Flores. Tras el accidente del avión Learjet 55 matrícula YV3440, ocurrido en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, advertimos que el siniestro no solo involucraba a un operador clave del madurismo, sino que también exponía una red de vuelos privados entre Venezuela, Panamá y Cuba, utilizada por figuras del poder para negocios ilícitos.
Nueva documentación publicada por Armando.info amplía y confirma lo que adelantamos entonces: el accidente destapó un puente aéreo reservado a operadores de dos dictaduras, con vuelos frecuentes que conectaban Caracas y La Habana con Panamá, y donde viajaban militares cubanos de alto rango, funcionarios diplomáticos y empresarios favorecidos por el régimen venezolano.
De acuerdo con los registros revelados por Armando.info, la aeronave siniestrada – el Learjet YV3440 – realizó al menos 18 vuelos entre Panamá, Caracas y La Habana. Entre los pasajeros aparece un nombre de enorme peso político en la isla: Raúl Guillermo Rodríguez Castro, coronel cubano, jefe de seguridad y nieto de Raúl Castro Ruz, figura central del aparato represivo y del círculo íntimo de poder del régimen cubano. Su presencia en los vuelos de la aeronave usada por Carretero demuestra que la conexión Caracas – La Habana no se limita a cooperación ideológica, sino que opera a nivel logístico, privado y opaco.

La investigación también revela que Edwin Pitty Madrid, empleado del grupo empresarial de Carretero, fue designado embajador de Panamá en Cuba, confirmando un entramado de influencias que trasciende los negocios. La diplomacia, la aviación privada y los contratos con los regímenes de Venezuela y Cuba forman parte de la misma estructura. Este ángulo no había sido reportado oficialmente y muestra cómo Panamá ha funcionado como punto de enlace entre los intereses del régimen venezolano y la élite cubana.
Como informó CCD en septiembre, Carretero construyó su influencia gracias a sus estrechos lazos con el régimen venezolano y al respaldo del aparato cubano. Con la intermediación de Carlos Malpica Flores, obtuvo contratos millonarios a través de su empresa Lanvicorp, entre ellos la construcción del estadio de béisbol Hugo Chávez y la remodelación de hoteles en Vargas. También ha participado en la comercialización de armas, electrodomésticos, equipos deportivos y hasta juguetes, siendo su principal actividad económica la petrolera –PDVSA– , lo que consolidó su posición como contratista privilegiado dentro de la trama económica del madurismo.
El accidente del YV3440 no fue un hecho aislado. Fue el punto de ruptura que permitió visibilizar lo que habíamos denunciado: una red de operaciones privadas que conectan a dos dictaduras mediante empresarios que han actuado durante años como intermediarios, facilitadores y proveedores privilegiados.
Fuentes de CCD señalan que organismos de seguridad internacionales sospechan que Ramón Carretero Napolitano y su socio y familiar Félix Falabella Napolitano, podrían tener relación con la CIA. Ello explicaría la impunidad de la que hasta ahora han disfrutado, a pesar de los repetidos viajes y operaciones que han realizado durante años en el triángulo Panamá-Cuba-Venezuela.
Lo que ocurrió en Maiquetía fue la tragedia visible de una estructura diseñada para moverse fuera del escrutinio, lejos de los controles y con acceso ilimitado a recursos estatales.
Este patrón tampoco se limita a Venezuela. Una investigación reciente de un diario panameño reveló que Raúl Guillermo Rodríguez Castro – nieto de Raúl Castro – utiliza Panamá como plataforma para operaciones privadas, realizando vuelos frecuentes en jets ejecutivos para adquirir bienes y sortear las restricciones del embargo. Estos hallazgos confirman que Panamá se ha convertido en un punto estratégico para los movimientos discretos de las élites de La Habana, en paralelo al corredor aéreo ya documentado entre Caracas y la isla.
La reacción del régimen venezolano sobre el accidente ha estado marcada por el hermetismo: no se ha divulgado la identidad de los fallecidos, no se informó en su momento sobre la lista real de pasajeros, ni se ofrecieron explicaciones sobre las causas del siniestro. Con las nuevas revelaciones, este silencio cobra sentido: la aeronave transportaba a operadores cuya exposición pública comprometía directamente a Caracas y a La Habana.

Sin embargo, el hermetismo continúa. Poco se sabe de la situación actual de Ramón Carretero más allá de que se encuentra ingresado en el Hospital de Clínicas Caracas, recuperándose de las graves heridas sufridas en el accidente. Rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad, es escasa la información sobre su estado de salud, inclusive para sus allegados.
Sobre este caso, persisten las primeras dudas y otras nuevas que van surgiendo:
1.- ¿Cuál fue la causa del siniestro aéreo? ¿Fue realmente un accidente?
2.- ¿Quiénes viajaban en el avión?, ¿quiénes fallecieron?
3.- ¿A qué se debe el hermetismo del régimen?
4.- ¿Por qué se encuentra aislado Ramón Carretero?
5.- ¿A qué se debe el silencio de los medios de comunicación de Panamá, siendo que se trata de uno de los principales empresarios del país?
6. – ¿Por qué José Mulino – presidente de Panamá – nombra como embajador ante Cuba a un empleado de Carretero?
7.- ¿Cómo se están gestionando actualmente los diversos negocios que Carretero mantenía con Carlos Erik Malpica Flores, en especial los relacionados con PDVSA?










