Giuseppe Palermo, alias “Peppe”, señalado como el máximo jefe de la organización criminal italiana ‘Ndrangheta en América Latina, fue capturado en Bogotá por la Policía Nacional de Colombia en una operación conjunta con Europol y autoridades del Reino Unido e Italia. La detención representa un golpe directo contra una de las redes de narcotráfico más poderosas y herméticas del mundo.
El capo, de 47 años, figuraba en una Circular Roja de Interpol y era buscado por autoridades de 196 países. Según la información revelada por el mayor general Carlos Fernando Triana Beltrán, director de la Policía, Palermo lideraba la compra de grandes cargamentos de cocaína en Colombia, Perú y Ecuador, y tenía bajo su control rutas marítimas y terrestres utilizadas para transportar droga hacia Europa.
La operación que permitió su captura se desarrolló en el sector de Colina, al norte de Bogotá, a escasos metros de una estación policial. Palermo era considerado el principal enlace estratégico del clan Platí, uno de los núcleos más antiguos y reservados de la ‘Ndrangheta, y supervisaba personalmente las negociaciones, los precios, la calidad de la mercancía, los pagos y el ocultamiento de los cargamentos.
Las investigaciones realizadas por la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) revelaron que Palermo utilizaba métodos altamente sofisticados para el envío de droga, como la contaminación de contenedores comerciales y el camuflaje en granos de café transportados por empresas de mensajería. Además, mantenía vínculos operativos con carteles del narcotráfico en Perú y Ecuador.
Su nombre también apareció vinculado a la operación de narcotráfico transoceánica que involucró al buque Mirage, hundido en aguas peruanas. Este caso fue parte de la operación Pratí, que derivó en la judicialización de 18 personas relacionadas con la organización, 14 de las cuales fueron enviadas a prisión.
Paralelamente, investigaciones de la Dirección Antimafia del Distrito de Reggio Calabria en Italia evidenciaron que la organización mantenía tres estructuras criminales activas en la región de Locride, sur del país, involucradas no solo en la importación de cocaína desde América del Sur, sino también en el cultivo de cannabis en la zona montañosa de Aspromonte. Estas estructuras mantenían nexos con grupos armados como el Clan del Golfo.
Durante los seguimientos a Palermo, las autoridades frustraron el envío de 300 kilos de cocaína —equivalentes a más de 30 millones de euros en el mercado europeo— y confiscaron un kilo de cocaína pura en el aeropuerto de Ciampino, Roma, transportado por un mensajero externo a la organización.
“La captura de alias ‘Peppe’ ratifica el compromiso de Colombia en la lucha contra este flagelo e impacta el corazón mismo del tráfico mundial de drogas”, afirmó el general Triana, destacando la importancia de la cooperación internacional para enfrentar a redes criminales con alcance transnacional.










