La justicia de Estados Unidos confirmó este miércoles lo que el dirigente venezolano Ismael García denunció hace más de una década: Hugo “El Pollo” Carvajal, exjefe de inteligencia militar del chavismo, se declaró culpable de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos, colaborar con organizaciones terroristas como las FARC y participar en delitos con armas de fuego para facilitar el narcotráfico. Con información de justice.gov.
La declaración de culpabilidad fue realizada ante el juez federal Alvin K. Hellerstein en el Distrito Sur de Nueva York, y fue anunciada por el fiscal Jay Clayton junto con el administrador interino de la DEA, Robert Murphy. Ambos funcionarios subrayaron que Carvajal no solo traicionó a Venezuela, sino que usó su poder para causar un daño masivo a las comunidades estadounidenses.
Hugo Armando Carvajal Barrios, conocido como “El Pollo” Carvajal, fue un hombre clave dentro del aparato de seguridad del chavismo. Se desempeñó como director de la inteligencia militar (DIM) en Venezuela durante el régimen de Hugo Chávez, y es señalado como uno de los principales operadores del Cartel de Los Soles, una organización criminal integrada por altos mandos militares venezolanos que facilitó el tráfico internacional de drogas. Su cercanía con Chávez y su rol estratégico lo convirtieron en un actor central en la conexión entre el poder político y el crimen organizado en Venezuela.
“Durante años, Carvajal y otros miembros del Cartel de Los Soles usaron cocaína como arma, inundando Nueva York y otras ciudades con veneno”, afirmó Clayton. La acusación sostiene que, desde 1999, Carvajal utilizó su rol como director de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) para proteger y facilitar el envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, en alianza directa con la guerrilla colombiana de las FARC.
Uno de los episodios más impactantes mencionados fue el intento de envío de 5,6 toneladas de cocaína en un avión DC-9 que salió de Venezuela con matrícula estadounidense y fue incautado en México. Además, Carvajal ofrecía protección armada a las rutas de droga, suministraba explosivos y armas automáticas a las FARC, y habría participado en actos de violencia, incluyendo secuestros y asesinatos.
Ismael García, quien hizo pública la denuncia original en 2014 ante la Asamblea Nacional, fue víctima de persecución política y amenazas tras presentar documentos que ya en ese entonces apuntaban a Carvajal como una pieza clave en la red criminal que convirtió al Estado venezolano en un engranaje del narcotráfico. Hoy, la justicia estadounidense le da la razón.
Carvajal, de 65 años, fue extraditado desde España en 2023, tras años prófugo. Se espera su sentencia para el 29 de octubre de 2025. Los cargos por los que se declaró culpable incluyen narcotráfico internacional, colaboración con el terrorismo y uso de armas para facilitar delitos de drogas, y podrían significar una condena de por vida.
Este caso, según la Fiscalía, forma parte de una operación internacional del Grupo de Trabajo contra el Crimen Organizado (OCDETF), en la que colaboraron agencias de Colombia, México, España y múltiples entidades del Departamento de Justicia estadounidense.
La confesión de Carvajal no solo expone la magnitud del crimen organizado que operó desde las más altas esferas del poder en Venezuela, sino que también representa un paso importante hacia la rendición de cuentas. Y confirma, una vez más, que las denuncias valientes como la de Ismael García no fueron en vano.
