Durante décadas, José Enrique Rincón, empresario zuliano conocido como el “Rey del Camarón”, levantó un emporio que llegó a dominar el 70% de la producción nacional de camarones, exportando miles de toneladas a Europa y controlando más de 60 negocios, desde plantas de alimentos hasta restaurantes. Amparado por sus conexiones con el poder en Caracas, parecía intocable: ni militares ni civiles en el Zulia se atrevían a enfrentarlo.
Sin embargo, en 2024, su suerte cambió. Lo que comenzó como un conflicto empresarial terminó convertido en un caso penal que desató una tormenta política y lo colocó en la mira del oficialismo. El quiebre inició en agosto de 2021, cuando su hijo, Juan Diego Rincón Sabatí, presidente de la empresa Ingeniería 3030, firmó un contrato para comprar parte de dos compañías recicladoras. La disputa con el socio original, Juan José Linares Flores, escaló rápidamente: de un pleito civil pasó a un proceso penal en 2024, con jueces y fiscales alineados a favor del emporio camaronero. Linares, su esposa y su abogado terminaron tras las rejas.
Ante la presión, Linares buscó representación en Caracas y contrató a Miriam Morandi, exmagistrada del TSJ y comadre de Cilia Flores. Esa jugada cambió todo: la intervención de Morandi encendió las alarmas en Miraflores y colocó a Rincón bajo el radar del poder central. A finales de 2024, el régimen vinculó a Rincón con un presunto complot denominado “Operación No a la Navidad”, que según el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, buscaba desestabilizar al país para impedir la juramentación de Nicolás Maduro. En esa narrativa también fueron incluidos dirigentes opositores como Rafael Ramírez, alcalde de Maracaibo, y los hermanos Juan Pablo y Tomás Guanipa, además de líderes como María Corina Machado e incluso paramilitares colombianos.
Pese a sus nexos con altas figuras del oficialismo, como la vicepresidenta Delcy Rodríguez, Rincón fue acusado de mantener lazos con “mafias de corrupción”. El 5 de diciembre de 2024, el oficialismo confirmó la intervención de sus empresas, el cierre de sus restaurantes y la confiscación de camaroneras y equipos. Mientras tanto, las empresas brasileñas Manovial y Sustentario, apadrinadas por Rincón para operar en el negocio de la recolección de basura en Maracaibo, fueron desplazadas. CorpoZulia se apropió de sus camiones y pasó a cobrar directamente por el servicio.
En abril de 2025, un incendio devastó una de las principales plantas del Grupo Lamar en San Francisco, Zulia, generando pérdidas millonarias y marcando un nuevo golpe al imperio. Aunque en agosto de 2025 Cabello aseguró que Rincón se había reunido con María Corina Machado en Colombia, allegados al empresario niegan que haya pisado ese país en más de tres décadas. Por ahora, Rincón permanece fuera de Venezuela, mientras su emporio, intervenido y señalado, se desmorona.
Aquí el reportaje de El Pitazo











