María Corina Machado recibe el Premio Nobel de la Paz: un reconocimiento histórico a la resistencia venezolana

El Premio Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado —recibido por su hija Ana Corina en Oslo— pone en el centro del debate internacional la resistencia venezolana frente al régimen de Nicolás Maduro y reafirma que la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela es una causa global

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La hija de María Corina Machado, Ana Corina Sosa, recibe el premio Nobel de la Paz en nombre de su madre, que no ha podido llegar a tiempo a Oslo (EFE/Stian Lysberg Solum)

El discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado, recibido en su nombre por su hija Ana Corina Machado, elevó ante el mundo la lucha del pueblo venezolano contra un régimen que ha demolido instituciones, perseguido opositores y sofocado libertades fundamentales durante años.
La distinción —sin precedentes para una figura de la política venezolana contemporánea— coloca en el centro del debate internacional la urgencia de una transición democrática y el fin de la represión estatal.

Durante la ceremonia en Oslo, Ana Corina transmitió el mensaje de su madre con serenidad y firmeza, destacando que Venezuela no es un país derrotado, sino una nación “que resiste, que sueña y que lucha”. En sus palabras, la dirigente opositora reiteró que la verdadera paz solo puede alcanzarse cuando se desmantelen las estructuras de opresión, se restaure el Estado de derecho y se haga justicia para las víctimas de violaciones de derechos humanos, persecución política, tortura, censura y desplazamiento forzado.

El reconocimiento internacional llega en un contexto en el que el régimen de Nicolás Maduro continúa vulnerando derechos civiles y políticos, encarcelando activistas, exiliando liderazgos y criminalizando la disidencia. El Nobel envía un mensaje directo: la comunidad internacional observa, registra y reconoce la magnitud de la lucha venezolana por la libertad.

La intervención de Ana Corina también subrayó la responsabilidad compartida de la comunidad democrática global para respaldar una salida pacífica y constitucional a la crisis venezolana. El discurso recordó que millones de ciudadanos —dentro y fuera del país— siguen creyendo en una Venezuela donde se respeten las garantías fundamentales, donde se pueda vivir sin miedo y donde las instituciones sirvan al ciudadano, no a la corrupción ni a la represión.

Este premio marca un antes y un después.
No solo reconoce el liderazgo de María Corina Machado, sino que representa a cada venezolano que ha levantado la voz, que ha perdido su hogar, que ha sufrido persecución o que ha tenido que abandonar el país en busca de libertad.

El Nobel confirma lo que desde hace años denuncian organizaciones, activistas y periodistas: la lucha venezolana por la democracia es una causa global, y el mundo ya no puede mirar hacia otro lado.

Discurso completo Aquí

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