El Congreso de Estados Unidos aprobó esta semana el Genius Act, la primera legislación federal destinada a regular el uso de stablecoins, una forma de criptomonedas respaldadas por activos considerados seguros, como el dólar. La norma fue respaldada por una mayoría bipartidista en la Cámara de Representantes tras haber sido aprobada previamente por el Senado.
El Genius Act establece un marco legal que define quiénes pueden emitir estas monedas estables, qué tipo de reservas deben mantener y bajo qué supervisión deben operar. Las entidades emisoras deberán respaldar los activos en una proporción de uno a uno con depósitos u otros instrumentos financieros líquidos de bajo riesgo. También estarán obligadas a publicar reportes mensuales sobre sus reservas y operaciones.
Durante años, la industria de las criptomonedas operó en un vacío legal, apelando a la necesidad de normas claras para fomentar la adopción y atraer inversiones. Esta nueva legislación responde a esa demanda, aunque no sin generar controversias. Organizaciones de consumidores y expertos en finanzas han advertido que el texto no incluye suficientes garantías para proteger al público frente a los riesgos de insolvencia de emisores privados ni contempla disposiciones para limitar posibles conflictos de interés por parte de funcionarios públicos que participen en este mercado.
Uno de los puntos más cuestionados fue precisamente la falta de restricciones al involucramiento de figuras públicas en negocios con activos digitales. Durante el proceso legislativo se intentaron incluir cláusulas que limitaran esta participación, sin éxito. El propio presidente Trump, por ejemplo, lanzó junto a sus hijos una firma emisora de criptomonedas durante la campaña electoral de 2024, y promovió tokens vinculados a su imagen.
La aprobación del Genius Act se da en el marco de una agenda legislativa más amplia que ha sido apodada por el Congreso como la “Crypto Week”. Además de esta norma, se aprobaron otros dos proyectos: el Clarity Act, que propone una regulación integral para el ecosistema de criptoactivos, y una propuesta que busca prohibir el desarrollo de una moneda digital del banco central estadounidense. Ambos textos ahora pasan al Senado, donde aún deben superar una votación en un entorno político dividido.
Desde el sector financiero, la norma ha sido bien recibida. Empresas como Circle y Coinbase registraron repuntes bursátiles tras conocerse su aprobación. Según analistas, la claridad normativa podría fomentar la participación de bancos y actores institucionales en el negocio de las stablecoins. No obstante, persisten las advertencias sobre los riesgos sistémicos que podría implicar una expansión acelerada de estos activos, especialmente si no cuentan con respaldo del seguro de depósitos ni se controlan adecuadamente sus reservas.
En términos económicos, el mercado de stablecoins supera actualmente los 260.000 millones de dólares y se proyecta que podría crecer hasta alcanzar los 3,7 billones para 2030. La mayor parte de estas monedas están denominadas en dólares, lo que refuerza el rol del país en el sistema financiero global, pero también lo expone a nuevas tensiones en caso de crisis.
El nuevo marco legal representa un cambio respecto al enfoque anterior, que se basaba principalmente en la sanción de infracciones (regulation by enforcement) y no en reglas claras. A pesar de las diferencias políticas y de las reservas expresadas por algunos sectores, la aprobación del Genius Act establece un precedente en la política cripto estadounidense y deja abierta la puerta a futuros debates sobre la regulación de otros activos digitales.
