Pese a alianza, naviera rusa incauta crudo venezolano en el Caribe

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CCD  |  En octubre, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) envió un tanquero petrolero al Caribe con la expectativa de que su carga recaudara unos 20 millones de dólares, dinero que el país que atraviesa una aguda crisis económica necesita sin demoras para importar alimentos y medicamentos escasos, reseña Reuters.

Pero en lugar de descargar, los propietarios del buque Aframax NS Columbus -que forma parte de la flota del conglomerado estatal ruso Sovcomflot- incautaron el crudo alegando que PDVSA les debía 30 millones de dólares.

La estrecha cooperación entre Venezuela y Rusia no impidió que Sovcomflot demandara a PDVSA en Sint Maarten, la parte holandesa de una pequeña isla de San Martín en el extremo nororiental del mar Caribe.

“Los propietarios de los buques (…) impusieron el embargo en la mencionada carga petrolera”, se lee en la decisión tomada en marzo por un tribunal de la isla. “Tienen reclamos por facturas no pagadas por PDVSA, relacionadas con el alquiler de sus barcos”.

Cinco meses después de cruzar el Caribe, el petrolero descargó el crudo en un terminal de almacenamiento en San Eustaquio, una isla al sur de Sint Maarten, famosa por su historia colonial, el buceo y las cabras salvajes.

Pero PDVSA, que lucha para pagar sus cuentas, también debe millones de dólares a varios terminales en el Caribe, incluyendo el de San Eustaquio, propiedad de la firma estadounidense NuStar Energy, según un ejecutivo de PDVSA y una fuente en una de las instalaciones.

La disputa con Sovcomflot, que se ventila en el Tribunal del Almirantazgo de Reino Unido, destaca cómo las compañías navieras se están volviendo cada vez más agresivas en el cobro de deudas a PDVSA.

También muestra que a aliados políticos como Rusia se les está agotando la paciencia ante la pila de facturas impagas de Venezuela, cuyos tanqueros obsoletos y endeudados luchan por exportar petróleo y suministrar al mercado interno.

NuStar y una firma de abogados que representa a las subsidiarias de Sovcomflot no quisieron hacer comentarios. PDVSA tampoco respondió a una solicitud de información de Reuters.

PDVSA siempre había sido un socio de negocios codiciado para navieras y empresas de servicios petroleros, pero en los últimos años, a medida que la crisis económica del país se agudizaba, se ganó la reputación de un cliente problemático que, a menudo, no paga lo que debe.

Su enmarañada red de deudas se expande por todo el mundo, desde reparaciones en astilleros en Portugal y facturas por construcción de buques a medio terminar en Irán y Brasil, hasta un cargamento de crudo incautado en el pequeño San Eustaquio, cuya ubicación estratégica en el Caribe lo convirtió en un puerto comercial en el Siglo XVIII.

DEUDAS CON RUSIA

Tradicionalmente, Rusia ha apoyado al presidente Nicolás Maduro a través de acuerdos e inversiones petroleras. La estatal Rosneft ha prestado dinero a PDVSA desde el 2016 y el mes pasado estuvo en negociaciones para ayudar a PDVSA a cumplir con pagos de bonos.

Pero los problemas han escalado en meses recientes entre PDVSA y Sovcomflot, que provee alrededor del 15 por ciento de los buques que usa la estatal venezolana para enviar crudo a sus clientes en medio del deterioro constante de su propia flota.

Hasta el año pasado, las deudas de PDVSA con Sovcomflot crecieron lo suficiente como para que ejecutivos de la compañía rusa se quejaran personalmente con el presidente de la estatal venezolana, Eulogio Del Pino, en la ciudad rusa de Sochi, según informó una fuente del departamento de Comercio de PDVSA.

Del Pino aceptó un plan de pagos propuesto por sus ejecutivos y con el visto bueno de Sovcomflot, dijo la fuente.

Pero PDVSA, enfrascada en millonarios pagos de bonos y deudas con proveedores de servicios, no pudo cancelar lo suficiente para evitar la maniobra de Sovcomflot.

Un representante de PDVSA negó que Del Pino fuera confrontado por Sovcomflot en Sochi y dijo que el relato es falso, sin elaborar.

En un caso similar en septiembre, un buque propiedad de PDVSA fue retenido en Curazao bajo una orden judicial solicitada por la compañía de servicios Core Laboratories ante la acumulación de deudas pendientes.

La retención de cargamentos de petróleo de PDVSA son relativamente inusuales, porque los acreedores rara vez tienen información suficientemente detallada sobre los movimientos de su flota como para obtener órdenes judiciales oportunas.

Venezuela también tiende a asegurar que los embarques que salen de sus puertos legalmente pertenezcan a los clientes y no a PDVSA, lo que significa que rara vez están en condiciones de ser incautados. La controversia con Sovcomflot fue diferente porque los acreedores son los dueños del tanquero. Aunque el crudo a bordo del NS Columbus ya había sido vendido a la noruega Statoil, la carga estaba siendo transportada en un tanquero que navegaba con documento de embarque a nombre de PDVSA, según fuentes de la industria.

Statoil no respondió a una solicitud de comentarios.

Fuente: Reuters

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