Los británicos deciden abandonar la Unión Europea

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Londres |  Reino Unido ha votado a favor de abandonar la Unión Europea, provocando el mayor golpe al proyecto europeo desde la Segunda Guerra Mundial y forzando la dimisión del primer ministro británico, David Cameron. Foto Reuters/Neil Hall

Los mercados financieros mundiales se desplomaron después de que el resultado definitivo mostró una victoria para la opción de abandonar el bloque del 52 por ciento frente al 48 por ciento a favor de la posibilidad de permanecer en la UE.

 

La libra esterlina sufría su peor caída desde 1985 al desplomarse frente al dólar, y las bolsas europeas caían más de un 8 por ciento, su mayor descenso registrado.

 

Miles de millones de euros desaparecieron de la capitalización de los bancos europeos, con el británico Royal Bank of Scotland, Barclays y Lloyds Banking Group registrando las mayores caídas.

 

Cameron, que perdió su apuesta de futuro para el país con un resultado que predijo que sería una catástrofe, dijo que dimitiría como primer ministro en octubre.

 

“No creo que sea el adecuado para ser el capitán que lleve a nuestro país a su siguiente destino”, dijo en una declaración televisada delante de su oficina en Downing Street.

 

Abandonar la UE podría costarle a Reino Unido el acceso al mercado único libre de barreras y significaría que debe negociar nuevos acuerdos comerciales con los países de todo el mundo. Reino Unido también podría descomponerse, después de que los líderes de Escocia, donde dos terceras partes de sus votantes optaron por quedarse en la UE, pidieran un nuevo referéndum sobre la independencia.

 

La UE también podría verse económica y políticamente dañada al enfrentarse no solo a la salida de su mayor defensor de un libre mercado, sino a uno de sus miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y un potente ejército. Con la salida, la UE perderá un sexto de su producción económica. Líderes populistas en Francia y en Holanda ya han pedido sus propios referéndum para abandonar la UE.

 

La votación iniciará al menos dos años de procesos de ruptura con la UE, en la primera salida de uno de sus miembros. Cameron dijo que sería su sucesor quien decidiera comenzar formalmente el proceso de salida.

 

Su rival en el Partido Conservados Boris Johnson, el exalcalde de Londres que se convirtió en la cara más reconocible de la campaña a favor de la salida, es el favorito para la sucesión.

 

DÍA DE LA INDEPENDENCIA

 

Las fuerzas euroescépticas británicas se mostraban eufóricas, celebrando una victoria a la que calificaron como una protesta contra los líderes británicos, las grandes empresas y los políticos extranjeros -incluyendo a Barack Obama- que habían instado a una permanencia del Reino Unido en el bloque.

 

“Atrévanse a soñar que amanece en un Reino Unido independiente”, dijo el Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP).

 

“Si las predicciones son correctas, esta será una victoria para la gente real, para la gente normal, una victoria para la gente decente (…) Dejemos que el 23 de junio se convierta en nuestro día de la independencia”, agregó.

 

Políticos europeos reaccionaron con sorpresa. “Por favor, díganme que aún estoy soñando y que sólo ha sido una pesadilla”, dijo el primer ministro finlandés, Alexander Stubb, en Twitter.

 

La líder del Frente Nacional francés Marine Le Pen declaró: “Victoria para la libertad”. El líder de extrema derecha holandés Geert Wilders dijo: “Queremos estar al cargo de nuestro propio país, de nuestro propio dinero, de nuestras propias fronteras y de nuestra propia política de inmigración”.

 

Reino Unido, que entró en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973, siempre ha sido un miembro ambivalente. Firme defensor del libre comercio, deshaciéndose de las barreras económicas internas y a favor de expandir la UE para acoger a los estados excomunistas del este, optó por quedarse fuera de la moneda única europea y de la zona de libre circulación Schengen

 

Líderes mundiales incluido Obama, el presidente chino Xi Jinping, la candiller alemana Angela Merkel, la OTAN y los gobiernos de la Commonwealth habían pedido que Reino Unido permaneciera en la UE, diciendo que el país sería más fuerte e influyente dentro que fuera.

 

La campaña de cuatro meses ha sido una de las más divisivas conocidas en Reino Unido, con acusaciones de mentir y asustar a los votantes en los dos lados y con disputas sobre la inmigración, cuyos críticos dijeron que ocasiones eran abiertamente racistas.

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